TRUCOS CASEROS | Es fundamental lavar bien la lechuga antes de comerla o de guardarla. (Foto: Matthias Böckel / Pixabay)
TRUCOS CASEROS | Es fundamental lavar bien la lechuga antes de comerla o de guardarla. (Foto: Matthias Böckel / Pixabay)
Sandra Morales Gonzales

Si bien muchos prefieren ahorrarse tiempo y compran la que viene lista para consumir, otros sí son fieles a la tradicional del mercado o supermercado que sí necesita un correcto proceso de higiene; sin embargo, no todos saben cómo hacerlo. Si eres de los que come ensalada a diario y temes contraer algún microorganismos infeccioso como salmonela, listeria o E. coli, aquí te dejo los 5 pasos que debes seguir la pie de la letra para lavar bien tu lechuga y los trucos caseros que puedes aplicar.

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Por más que creas que está lista para servir, las verduras de hoja verde suelen venir con restos de tierra y bacterias que pueden proliferar por una contaminación cruzada con otros productos del mercado como carnes o huevos.

En el caso de la lechuga, esta es ideal para ensaladas por su alto contenido de agua, potasio, fósforo, calcio y vitamina A, pero si no la lavas bien, puedes ingerir también microbios daniños para el organismo. Así que presta atención a estos trucos caseros para desinfectarla al 100%.

Cómo lavar la lechuga: 5 pasos a seguir

1. Prepara la zona de lavado

Los utensilios que vayas a usar como recipiente, tabla o cuchillo deben estar bien limpios, así como el fregadero y la encimera. Lávate también las manos antes de empezar el proceso.

2. Elimina las hojas dañadas y separa bien

Si encuentras extremos oscuros o secos, es mejor que los cortes y tires antes de empezar. Quédate solo con la parte comestible y deja de lado el tallo o la parte gruesa de la base.

Ahora separa hoja por hoja y ponlas en un recipiente profundo. Es mejor tener hojas enteras y no en trozos.

3. Remoja las hojas

En el recipiente o bowl donde están las hojas, añade agua y con tus manos anda removiendo la mugre que pueda tener pegada. Hazlo hoja por hoja revisando pliegues, puntas y cada parte para eliminar gusanos que también pueden aparecer. Enjuaga con agua y déjalas en remojo entre 5 y 10 minutos más.

Un truco es nunca hacerlo directamente en el fregadero porque así la expones a bacterias que se encuentren allí.

4. Añade un desinfectante

Para reforzar la limpieza puedes diluir una cucharada de bicarbonato en un litro de agua y lavar la lechuga con la mezcla. También puedes agregar al agua una cucharada de sal, unas gotas de vinagre y zumo de limón.

5. Escurrir y secar

Así como el proceso de lavado es hoja por hoja, también lo es para secar. Usa un paño limpio extendido o toallas de papel. También podrías recurrir a una centrifugadora de vegetales para retirar el líquido.

Cómo guardar la lechuga lavada

Ahora que ya hiciste un correcto proceso de higiene con tus lechugas, es momento de guardarla correctamente si es que no vas a consumirla en el momento. Lo mejor es usar un recipiente plástico hermético para dejarla en la nevera. Puedes usar toallas de papel para separar las hojas y se conserven por más tiempo.

¿Este truco casero te pareció interesante y aprendiste un poco más sobre la limpieza y el cuidado de tu hogar sin invertir mucho dinero? Como este ‘hack’, hay otro tipo de utilitarios que serán de tu agrado. Te invitamos a conocerlos y ponerlos en práctica. Para ello, para más trucos caseros en Mag, y listo. ¿Te animas?

Cómo revivir una lechuga vieja

  • Corta el tallo de la lechuga y separa las hojas. Colócalas en un recipiente de vidrio.
  • Vierte agua bien fría, tapa el recipiente y llévalo a la refrigeradora.
  • Después de 24 horas, las hojas de las lechugas revivirán y estarán más crujientes gracias a que se hidrataron convenientemente.

¿Por qué no debes cortar la lechuga con cuchillo?

Cuando queremos preparar una ensalada nos vemos en la necesidad de cortar las hojas en trozos pequeños y el elemento más idóneo es el cuchillo de cocina.

Sin embargo, esta práctica no es la mejor opción, pues el vegetal se oxidará y se estropeará al entrar en contacto con el metal del cuchillo. No solo sentirás un amargor atípico, sino que los nutrientes de la hortaliza se perderán.







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