Existen muchas monedas en Estados Unidos que pasan desapercibidas a diario; sin embargo, algunas de ellas pueden tener valores altos. En esta ocasión, te presentaremos el cuarto de dólar del Parque Nacional Acadia, emitido en 2012 como parte del programa “America the Beautiful”. A simple vista, parece una moneda más, pero si prestas atención, podrías estar sosteniendo hasta US$300 sin saberlo.
Este diseño rinde homenaje al icónico faro de Bass Harbor en Maine, grabado por Joseph Menna, quien hoy es Grabador Jefe de la Casa de la Moneda de Estados Unidos. Aunque millones de personas han visto esta imagen en sus bolsillos, muy pocos se han detenido a mirar un detalle que puede marcar la diferencia: la pequeña letra debajo del lema “IN GOD WE TRUST”.
En estado sin circular y con calificaciones profesionales altas, esta moneda sí puede alcanzar precios interesantes (Foto: Freepik)
¿CUÁNTO PUEDE VALER ESTA MONEDA?
Esa letra —ya sea “P”, “D” o “S”— indica la ceca (la casa donde fue acuñada la moneda), y su presencia cambia radicalmente el valor potencial del cuarto. Las monedas marcadas con “P” (Filadelfia) y “D” (Denver) fueron fabricadas para la circulación masiva. Aunque en uso normal no superan su valor nominal, si están en perfecto estado —clasificadas como MS67 o MS68— pueden llegar a venderse por hasta US$495 en el caso de la versión “D”.
La letra “S” es otra historia. Las monedas con esta marca fueron creadas exclusivamente para coleccionistas y no circularon. Por eso, encontrar una en excelente condición es como hallar una aguja brillante en un pajar metálico. Una moneda “S” en calificación MS67 puede valer unos US$60, pero si alcanza el nivel casi mítico de MS68, su precio podría multiplicarse sin techo definido.
En el mundo de las monedas es muy importante recordar que su valor dependerá en gran parte de su condición física (Foto: Freepik)
¿QUÉ HACEN LOS COLECCIONISTAS PARA TRATAR DE ENCONTRAR ESTAS MONEDAS?
Los coleccionistas más astutos incluso compran rollos enteros de monedas “S” —vendidos originalmente por la Casa de la Moneda— con la esperanza de hallar un ejemplar sobresaliente. Una sola moneda premium puede justificar toda la inversión. El resto del lote se revende o se conserva como respaldo.
Lo fascinante de esta historia es que no necesitas ser un experto numismático para participar. Basta con revisar tus monedas, mirar debajo de “IN GOD WE TRUST” y reconocer esas pequeñas letras que podrían hacerte sonreír. ¿Quién iba a pensar que algo tan simple como un cuarto de dólar podría tener una historia y un valor tan grandes?
Más allá del dinero, estas monedas son cápsulas culturales, recuerdos tangibles de los paisajes emblemáticos de EE.UU. y del arte grabado que, literalmente, pasa de mano en mano. El Parque Nacional Acadia, con su faro en miniatura, se ha convertido en un inesperado símbolo de valor escondido.
