
La Administración del Seguro Social (SSA) está a punto de implementar un cambio reglamentario que podría dificultar el acceso a servicios clave para millones de beneficiarios. Según un documento oficial, la agencia propone exigir un número de identificación personal (PIN) para gestionar trámites por teléfono, como cambiar la dirección, verificar el estado de solicitudes o pedir cartas de verificación de beneficios.
Aunque el objetivo es reforzar la seguridad y prevenir el fraude, el plan ha generado críticas por parte de expertos y organizaciones de defensa de los adultos mayores. De aprobarse, el nuevo sistema podría provocar 3.4 millones de visitas adicionales a oficinas locales cada año, afectando especialmente a personas que viven en zonas rurales o tienen dificultades de movilidad.

¿Por qué quieren exigir un PIN para hacer trámites?
La SSA argumenta que este nuevo requisito tiene como finalidad prevenir fraudes en el sistema, aunque no ha publicado cifras concretas que justifiquen el cambio. La falta de transparencia y consulta pública ha sido duramente cuestionada por analistas como Kathleen Romig, del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBPP), quien calificó la medida como una “carga significativa”.
La propuesta fue impulsada durante la actual administración de Donald Trump y podría entrar en vigor el 18 de agosto, si es aprobada por la Oficina de Administración y Presupuesto. Organizaciones como AARP han expresado su preocupación, destacando que muchos adultos mayores dependen del teléfono para gestionar sus beneficios y no están familiarizados con plataformas digitales.
¿Qué impacto tendría en los adultos mayores y usuarios sin internet?
Los efectos de este cambio serían especialmente graves para los adultos mayores, muchos de los cuales viven lejos de las oficinas del Seguro Social. Un estudio del CBPP revela que casi el 25% de ellos reside a más de una hora en automóvil (ida y vuelta) de su oficina local más cercana. En lugares remotos como Alaska, algunos incluso tendrían que tomar un avión para realizar trámites en persona.
Aunque la SSA ofrece la opción de hacer gestiones en línea mediante la cuenta de “Mi Seguro Social”, esto no soluciona el problema para todos. Según datos de AARP, alrededor del 25% de los adultos mayores nunca se conectan a internet, lo que convierte la verificación en línea en una barrera más. Además, la creación y uso de la cuenta requiere conocimientos digitales que no todos poseen.
A esto se suman las dificultades internas de la SSA. En los últimos años, la agencia ha perdido 7,000 empleados, ha cerrado oficinas y ha enfrentado fallas en su sitio web y sistema telefónico automatizado. Unos 1,000 empleados han sido reasignados para atender el número nacional 800, lo que podría agravar aún más los tiempos de atención en oficinas físicas.
Si el cambio entra en vigor el 18 de agosto, millones de beneficiarios podrían enfrentarse a una nueva serie de obstáculos para acceder a servicios esenciales. Por ahora, la SSA no ha emitido comentarios oficiales sobre el impacto potencial de esta medida.











