Gisella López Lenci

Era el año 2014 y los primeros refugiados sirios empezaron a llegar a Sudamérica. Brasil, Argentina, Chile y Uruguay les abrieron las puertas a unos 5 mil sirios que huían desesperadamente de la guerra civil que se había desatado tres años antes y que pasaba por su peor momento. Querían dejar el horror de los bombardeos para empezar una nueva vida en una parte del mundo que les era desconocida. La mayoría se logró integrar, aunque con dificultad, pero otros prefirieron el camino de regreso.