Hablar de campos de trabajo forzado en Rusia despierta en el imaginario popular el recuerdo de los antiguos gulags de la era soviética, aquellas prisiones tristemente célebres asociadas con la época más oscura del stalinismo. Los gulags funcionaron entre 1930 y 1960, principalmente para albergar a prisioneros políticos o aquellos considerados “enemigos del Estado”. La Rusia de Vladimir Putin ha heredado el concepto de la antigua URSS de campos de trabajo y ese puede ser el destino de Alexei Navalny, el mayor enemigo político de Putin, luego de que la justicia de ese país confirmara este sábado la pena de cárcel en su contra.
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