A Alfred Nobel -quien falleció un día como hoy, pero en 1896- lo apodaban ‘el mercader de la muerte’. Sin embargo, actualmente su nombre es asociado al máximo rendimiento que una persona puede alcanzar, a contribuciones a la humanidad.
¿Cómo cambió su imagen de forma tan radical?
El tercer hijo de siete hermanos, nació en Estocolmo en 1833. Como miembro de una familia acomodada gracias a los inventos de su padre, Immanuel Nobel, Alfred se convirtió en políglota y un entendido de la ingeniería. Según “La Nación”, aprendió ciencias gracias a las enseñanzas de “Ascanio Sobrero, el inventor de la nitroglicerina”.
Y eso fue lo que cambió su vida: ¿sería posible modificar ese compuesto hasta volverlo manipulable?
El medio agrega que, como era de esperarse, varias personas murieron en el desarrollo de la fórmula, entre ellos, su hermano Emil.
A pesar de la pérdida, Alfred concretó varios hallazgos, como la gelignita y balistita, pero el más relevante fue la dinamita.
¿Destrucción o desarrollo?
La dinamita revolucionó la época. Se usó para demoler, desarrollar la minería y construir más líneas para los ferrocarriles. También se utilizó, recuerda National Geographic, para el “hallazgo de la legendaria ciudad de Troya”, logro que se consiguió “a base de hacer explotar aquello que ‘estorbaba’, algo que hoy consideraríamos aberrante a causa de la destrucción de mucha información en el proceso”.
Nat Geo agrega que la dinamita también se usó en las fuerzas armadas, aunque fue rápidamente descartada por otras tecnologías. “A pesar de ello, [...] Alfred Nobel se merecía a los ojos de muchos que lo tildaran de ‘mercader de la muerte’, puesto que en sus fábricas se fabricaban también municiones y, ciertamente, su invento trajo tanto progreso como destrucción”.
Pero Nobel no quería pasar a la historia de esa manera. Su legado era lo suficientemente importante como para tomar cartas en el asunto. Quería ser respetado.
Un año antes de morir, escribió su testamento, donde señaló que “con su fortuna se crearía un fondo para premiar a los mejores exponentes en la Física, Literatura, Fisiología o Medicina, Química y de Paz”.
Cuenta “La Nación” que, tras su muerte en 1896, su familia no quiso aceptar sus deseos. Sin embargo, no tuvieron más opción. En junio de 1900, se creó la Fundación Nobel.