Un helicóptero del gobierno filipino vuela al lado del crucero Ruby Princess, que está anclado frente a la Bahía de Manila. Se sospecha que en su interior hay personas contagiadas con coronavirus. (Foto AP / Aaron Favila).
Un helicóptero del gobierno filipino vuela al lado del crucero Ruby Princess, que está anclado frente a la Bahía de Manila. Se sospecha que en su interior hay personas contagiadas con coronavirus. (Foto AP / Aaron Favila).
/ Aaron Favila
Redacción EC

Miami. [AFP]. La crisis del ha sido dura para las compañías de cruceros, que han sufrido brotes a bordo y el cierre de los puertos. Ya pudieron enviar a casi todos los pasajeros a sus países, pero falta rescatar a decenas de miles de tripulantes que siguen atrapados en los barcos.

Muchos dejaron de percibir su salario porque sus contratos terminaron, otros no tienen acceso a Internet; aumentan las tensiones y conflictos entre los tripulantes y algunos han demandado a sus empleadores.

“Somos prisioneros. Necesito ayuda. Necesitamos ayuda”, pide el brasileño Caio Saldanha, DJ del “Celebrity Infinity”, que flota entre Florida y las Bahamas.

“Nunca pensamos que nos pasaría esto, tener que luchar por bajar de un barco que nos tiene prisioneros”, dice el músico de 31 años desde la cabina sin balcón que comparte con su novia de 29, Jessica Furlan.

Jessica Furlan y su novio Caio Saldanha permanecen en el crucero "Celebrity Infinity", que flota entre Florida y las Bahamas. (AFP).
Jessica Furlan y su novio Caio Saldanha permanecen en el crucero "Celebrity Infinity", que flota entre Florida y las Bahamas. (AFP).
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El 13 de marzo, los cruceros recibieron la orden de "no navegar". Los que tenían pasajeros consiguieron desembarcarlos luego de complicadas negociaciones, pero los tripulantes que quedaron a bordo han estado desde entonces en un limbo.

Solamente en torno a las aguas estadounidenses hay 104 cruceros con un total de 71.900 tripulantes a bordo, confirmó esta semana a la AFP la Guardia Costera estadounidense.

“Estamos desesperados por ir a casa. Desesperados”, dice Furlan, que iba a ser anfitriona de actividades en el “Infinity”.

Montaña rusa de emociones

Las líneas de cruceros son acusadas de no esforzarse en enviar a los trabajadores a sus casas porque los chárters les resultan muy caros, algo que las empresas niegan.

En el meollo del problema, según Royal Caribbean, está la letra pequeña del acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

El texto exige a los ejecutivos de las compañías que sean responsables legalmente -en lo criminal y lo civil- si las normas de desembarco no son obedecidas al pie de la letra.

“Con mucho gusto haremos lo que nos piden, pero las penas criminales nos dieron que pensar, a nosotros y a nuestros abogados”, escribió el presidente de Royal Caribbean, Michael Bayley, en una carta que distribuyó el domingo a su tripulación y que fue obtenida por AFP.

En ella Bayley dice que finalmente ha decidido firmar el documento y anuncia un plan de desembarco.

Si fue posible planificar esto ahora, "¿por qué no me enviaron a casa el mes pasado?", se pregunta la bailarina inglesa Lauren Carrick, que comparte con su novio la cabina del "Celebrity Infinity".

Lauren Carrick y su novio Joe Harrison permanecen a bordo del crucero "Celebrity Infinity". (AFP).
Lauren Carrick y su novio Joe Harrison permanecen a bordo del crucero "Celebrity Infinity". (AFP).
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El barco es de Celebrity Cruises, una subsidiaria de Royal Caribbean.

“Ayer me pasé el día llorando. Es una montaña rusa de emociones y es cansador y agotador. En la noche no puedo dormir, estoy siempre pensando cuándo volveré a casa”, cuenta Carrick a la AFP.

Pero no todos quieren irse. Algunos se sienten incluso más seguros en los barcos y temen que el escándalo mediático afecte a la industria que les da de comer.

“Todo esto es complejo y muy frustrante para nosotros, los que amamos nuestro trabajo”, dice a la AFP un sudafricano de 42 años a bordo de un barco de Carnival, donde es gerente de alimentos.

Enviar a la gente en chárters “cuesta muchos millones”, defiende, pidiendo anonimato. “La culpa no es de las líneas de cruceros sino de organismos como los CDC”.

La Guardia Costera de Filipinas vigila el crucero Carnival Spirit. (Reuters).
La Guardia Costera de Filipinas vigila el crucero Carnival Spirit. (Reuters).
/ Philippine Coast Guard

- Es complicado -

Los conflictos entre los que se sienten atrapados y los que están a gusto aumentan y, en Facebook, las guerras de palabras son escalofriantes.

Pero Bayley señaló que, de los 25.000 tripulantes que la empresa tiene a bordo en este momento, sólo unos 1.000 manifestaron su deseo de quedarse.

Y repatriar a los que sí quieren irse es "increíblemente complejo", escribió en su carta.

“Nuestra tripulación viene de más de 60 países. Cada país tiene normas y regulaciones distintas sobre quién puede volver a casa, y cómo, y cuándo”, explicó. Algunos ni siquiera aceptan el ingreso de sus propios nacionales.

Roger Frizzell, el portavoz de Carnival, aseguró que la compañía ha hecho “grandes progresos” y ha repatriado a miles de tripulantes hasta el momento.

Entre pasajeros y tripulantes, se han registrado 2.789 casos de coronavirus en 33 navíos, según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros.

El mes pasado, trabajadores de Celebrity Cruises entablaron una demanda colectiva acusando a la compañía de negligencia y, este martes, la familia de un tripulante indonesio que falleció por el virus demandó a Royal Caribbean por homicidio culposo.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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