“Demostramos la importancia del periodismo de investigación"
“Demostramos la importancia del periodismo de investigación"
Renzo Giner Vásquez

Cuando el equipo de inició la investigación, habían pasado 30 años desde la primera denuncia de violación. “Yo conversé con decenas de víctimas y esa fue la parte más difícil de la investigación”, cuenta Sacha Pfeiffer a través de la línea telefónica. Desde el estreno de la película y sobre todo desde el triunfo en el Óscar, Sacha no ha dejado de recibir correos, llamadas, invitaciones a talleres y conferencias. Pese a su recargada agenda, trata de atender a todos porque sabe que este es un momento especial.  “Spotlight” ha puesto al periodismo de investigación nuevamente en primera plana.  

—¿Qué sintió al ver su trabajo en la pantalla grande?

Creo que es una fantástica celebración al periodismo, además llega en un momento en el que los periodistas, especialmente los que trabajan en periódicos, realmente necesitan ese impulso. En Estados Unidos los periódicos están viviendo un momento financiero terrible y las unidades de investigación están siendo eliminadas. En la película se le recuerda al público lo importante que es el periodismo de investigación y a qué te arriesgas si las pierdes. La película, además, se ha convertido en un empoderador y liberador para los “sobrevivientes” [como se les llama en la película a quienes fueron violados ]. Muchos de ellos guardaban ese secreto por años creyendo que eran los únicos a los que les había pasado, ahora creo que sienten que se ha hecho un poco de justicia de algún modo.

—¿Qué es lo que no llegó a quedar reflejado en la película? ¿Hay algo que faltó?

Creo que es acertada y auténtica. Muestra lo que hacemos en el día a día, las investigaciones, el tiempo, la interacción con las fuentes, entrevistas, revisión de bases de datos, contraste de información. Pensábamos que eso se vería muy aburrido en las pantallas, pero lograron volverlo muy cinematográfico sin perder la esencia de este trabajo, a diferencia de muchas películas o series que son muy clichés o estereotipadas.

—Tuvieron una aproximación muy personal al caso. Eso es inevitable, me imagino...

Es bastante triste tomando en cuenta la cantidad de víctimas con las que tuvimos que hablar, eran personas que estaban muy dañadas, aún intentaban recuperarse de un abuso que sufrieron siendo niños o jóvenes. Es algo que da mucha pena pero también mucha cólera, y eso creo que nos sirvió como motivador para trabajar con más fuerza. Eso fue lo que hicimos y nos permitió saber más y finalmente completar la historia.

—¿Intentaron intimidarlos?

Nunca nos enviaron a nadie para que hiciera eso, pero su oposición venía por otro lado: no respondían a nuestras preguntas, no cooperaban; es más, ni siquiera querían saber cuáles eran nuestras preguntas.

—¿Podríamos decir que la Iglesia en Boston operaba como una mafia?

No, tanto en Boston como en el resto del mundo son una institución muy poderosa y trabajan más como una organización política que como una religiosa. Nosotros sabíamos que nos enfrentábamos a una poderosa institución, pero también sabíamos que algo muy trágico había pasado y nosotros debíamos hacerlo público.

—¿Qué piensa de las acciones que la Iglesia ha tomado luego de su investigación?

Creo que ha tenido ciertas implementaciones, como revisar antecedentes de quienes trabajan con niños. Pero aún tienen mucho trabajo por hacer, hay sacerdotes y obispos que aún no han rendido cuentas.

— ¿Qué opina sobre el periodismo de estos días y la necesidad de resultados inmediatos?

Bueno… Aún nos quedan investigadores ahí afuera, en los  lugares peligrosos de la ciudad, pero es algo que necesita mucho tiempo, recursos y dinero. Además, requieres un editor que tenga la paciencia necesaria para lo que estás haciendo. Es cada vez más difícil encontrar periódicos que puedan sostener estos gastos, pero este caso es la muestra de lo que se puede lograr.

—¿Es necesario tener una gran corporación que soporte la investigación o cualquiera puede llevarla a cabo?

Creo que ayuda mucho tener a una institución que te respalde porque puede ser algo muy costoso, además de los abogados que –como en este caso– luchan por tener acceso a ese tipo de archivos. Nosotros utilizamos tres maneras de corroborar la información: las historias contadas por los sobrevivientes, acceso a las bases de datos de la Iglesia y los documentos en los tribunales. Es una historia que tuvo una verificación de acero.

—Ustedes ganaron el Pulitzer. ¿Cuánto cambia a uno recibir ese reconocimiento?

Es un grandísimo honor, trabajamos muchísimo para llegar hasta ese reconocimiento. Por otro lado, el Óscar también fue grandioso porque permitió que la historia tuviera un alcance global. Fue una celebración mundial de periodismo y también un reconocimiento a las víctimas en todos los países.

—¿Qué consejos les puede dejar a los jóvenes que están incursionando en el mundo del periodismo?

Este caso demuestra lo que pueden lograr si trabajan bastante y en equipo. Espero que entiendan cómo luce un investigador sólido y responsable. Pero también es necesario que compren los periódicos, sin eso no tendremos ingresos. Así que no solo quiero inspirar a los jóvenes, sino también que no dejen de comprar este tipo de medios. 

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