La Paz. [EFE]. Estados Unidos tiene previsto enviar un embajador a Bolivia por primera vez en más de once años, tras los desencuentros entre ambos países durante la etapa de Evo Morales en el poder.
“Como siguiente paso, Estados Unidos enviará nuevamente un embajador a La Paz”, aseguró el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, David Hale, en un video que este jueves publicó en su web la Embajada estadounidense en Bolivia.
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El envío de un embajador busca “restaurar relaciones normales entre nuestros pueblos”, añade el representante estadounidense.
Hale destaca además la voluntad de continuar las “conversaciones” entre ambos países, al encontrar una “nueva oportunidad de fortalecer nuestra relación y el mutuo entendimiento”, con el Gobierno interino de Jeanine Áñez.
El subsecretario califica de “momento crítico para Bolivia” el proceso en el país hacia unas nuevas elecciones el próximo 3 de mayo, para cuya convocatoria subraya “los esfuerzos” de la presidenta interina.
David Hale visitó La Paz el martes pasado, donde expresó la voluntad del Gobierno de Estados Unidos de avanzar en el intercambio de embajadores con Bolivia, tras poco más de once años en los que las relaciones entre ambos países se mantuvieron a nivel de encargados de Negocios. Hale se reunió con Áñez y funcionarios de su Gobierno durante su visita a La Paz.
Bolivia y Estados Unidos han mantenido sus relaciones a nivel de encargados de Negocios desde que en el 2008 Evo Morales expulsó al entonces embajador estadounidense, Philip Goldberg, y a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, en inglés) acusándoles de una supuesta conspiración contra su Gobierno.
En el 2013 hizo lo mismo con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés), bajo las mismas acusaciones que Estados Unidos siempre ha rechazado y que fueron recurrentes en los casi catorce años de Gobierno de Morales.
A fines del 2011 se firmó un acuerdo para normalizar las relaciones bilaterales, que finalmente no avanzó.
El Gobierno transitorio de Áñez se ha acercado a Estados Unidos con decisiones como el nombramiento el pasado noviembre de un embajador “en misión especial” no permanente, el primero en once años tras la expulsión de Goldberg.