Londres. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cumplirá tres años encerrado en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió para evitar ser extraditado a Suecia por supuestos delitos sexuales y desde donde cree que sería eventualmente entregado a las autoridades de Estados Unidos.
Assange entró en la delegación ecuatoriana el 19 de junio de 2012 para impedir su traslado a Suecia, país que quiere interrogarlo por acusaciones de abusos sexuales y violación que implican a dos mujeres, cargos que niega.
Él dice que teme que el país nórdico le extradite a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por la publicación por parte de WikiLeaks de documentos militares y diplomáticos clasificados hace cinco años, una de las mayores filtraciones de información en la historia de ese país.
Las revelaciones irritaron a Washington y, según sus críticos, afectaron a la seguridad estadounidense y pusieron vidas en riesgo. Sus seguidores afirman que sólo expusieron secretos gubernamentales y corporativos vergonzosos.
WikiLeaks aseguró que este australiano de 43 años está prácticamente detenido desde hace casi cinco años sin cargos, en prisión, bajo arresto domiciliario y en la embajada, desde que fue arrestado por primera vez por la policía británica en diciembre de 2010.
"Hasta que se reconozca el derecho del señor Assange a una protección efectiva a la extradición a Estados Unidos, seguirá soportando esta detención prolongada y arbitraria, una situación precaria y legalmente incierta", afirmó WikiLeaks en un comunicado el miércoles.
"Esta situación no debería ser tolerada, inclusive, contar con la complicidad de ningún estado que suscriba las protecciones más básicas a los derechos humanos", agregó.
Ecuador, que le concedió asilo político, ha estado intentando hallar una solución a la situación con Reino Unido.
Asimismo, fiscales suecos dijeron el lunes que enviaron una petición a las autoridades británicas y ecuatorianas para interrogar a Assange en la embajada en junio o julio.
Assange asegura que su salud se deterioró durante su estancia en las estrechas dependencias de la embajada en el centro de Londres, sin acceso directo al sol o al aire libre.
Si sale de la delegación, podría ser arrestado de inmediato por saltarse las condiciones de su libertad condicional.
La policía británica vigila la embajada día y noche desde hace tres años, a un costo estimado de más de 10 millones de libras (15 millones de dólares).
Fuente: Reuters