Gisella López Lenci

Treinta y cinco días después del inicio de la intervención militar rusa en parecería que hay luz al final del túnel. Aunque es pronto para ser optimista, las negociaciones que se realizaron ayer en Estambul, Turquía, parecen indicar que podrían llegarse a acuerdos viables tanto para y Ucrania en la búsqueda de un cese del fuego.

Aunque la reunión terminó sin un acuerdo firme, por lo menos se esbozaron los siguientes compromisos:

1. Reducción de actividad militar en Kiev y Chernígov

Cuando empezó la intervención militar rusa en Ucrania, y ante el avance tan rápido que tuvieron las fuerzas rusas en los primeros días, todos pensaron que el gobierno ucraniano caería rápidamente. Más de un mes después, las ciudades continúan bajo asedio, pero el presidente Volodymyr Zelensky sigue en el cargo mientras se empodera cada semana ante la comunidad internacional. Las fuerzas ucranianas, entre tanto, han demostrado mayor resistencia de la esperada.

Los negociadores ucranianos durante la ronda de conversaciones de este martes 29 de marzo con sus pares rusos en Estambul. REUTERS
Los negociadores ucranianos durante la ronda de conversaciones de este martes 29 de marzo con sus pares rusos en Estambul. REUTERS
/ UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SER

Kiev, la capital, aún no puede ser controlada por las fuerzas rusas, por lo que la declaración del Kremlin de reducir su actividad militar es la aceptación realista de que ya no podrán hacerlo.

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“Putin está en la postura de una guerra de resistencia. A pesar de las bajas que ha habido, al final del camino está dispuesto a aguantar lo que sea con tal de no irse con las manos vacías. Rusia no va a aceptar un cese del fuego sin tener algo a cambio”, apunta a El Comercio la analista internacional Aribel Contreras.

Siendo así, el que Rusia esté aceptando reducir su actividad militar, es porque, del otro lado, hay otros factores que lo favorecen.

“Yo no creo que Rusia esté cediendo, más bien siempre ha sido muy firme en sus peticiones y son los que han puesto sobre la mesa los puntos de negociación y de ahí es donde están partiendo”, agrega.

2. Ucrania renuncia a formar parte de la OTAN y opta por la neutralidad

En este mes de guerra, el presidente ucraniano había expresado que daba por descartado el ingreso de su país a la OTAN, el tratado del atlántico norte, uno de los principales argumentos de Vladimir Putin para invadir Ucrania. En la reunión en Estambul, esa posibilidad ya fue puesta de manifiesto de manera formal por los negociadores ucranianos.

En su lugar, propusieron un estatus según el cual su país no se uniría a alianzas militares ni albergaría bases de tropas extranjeras, pero tendría su seguridad garantizada en términos similares al artículo 5, la cláusula de defensa colectiva de la OTAN que estipula que el ataque contra un país miembro de la alianza es una agresión contra todo el pacto.

El viceministro de Defensa de Rusia, el coronel Alexander Fomin, participó en la mesa de diálogo con los negociadores ucranianos en busca de acuerdos para lograr un alto el fuego.  REUTERS/Kemal Aslan
El viceministro de Defensa de Rusia, el coronel Alexander Fomin, participó en la mesa de diálogo con los negociadores ucranianos en busca de acuerdos para lograr un alto el fuego. REUTERS/Kemal Aslan
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Ucrania ha pedido que al menos diez países sean garantes de este tratado de seguridad. Estos serían los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Reino Unido, China, Rusia, Estados Unidos y Francia) así como Turquía, Alemania, Canadá, Polonia, Italia e Israel.

Si se dan estas garantías, “Ucrania aceptará ser neutral, no tendrá armas nucleares ni permitirá bases militares extranjeras en su territorio”, dijo ante la prensa en Estambul el negociador ucraniano Oleksander Chalyi.

Rusia ya había propuesto para Ucrania el modelo de neutralidad de Austria o de Suecia, algo que en su momento no fue aceptado.

“El punto de la neutralidad es algo que Putin ha venido reclamando desde hace años y que ha estado en cada ronda de negociación, entonces que Ucrania garantice esto es punto de quiebre importantísimo”, explica Contreras.

Del otro lado, Ucrania ha insistido que el compromiso de mantenerse fuera de la OTAN no excluirá que el país ingrese en el futuro en la Unión Europea sino que, al contrario, los países garantes apoyarán activamente una futura adhesión al club europeo.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, es recibido por los negociadores rusos y ucranianos en el inicio del diálogo en Estambul.  (Turkish Presidency via AP)
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, es recibido por los negociadores rusos y ucranianos en el inicio del diálogo en Estambul. (Turkish Presidency via AP)
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3. Crimea y el Donbás: un punto muerto

Un asunto que se avizora complejo y sobre el que no hubo mayor avance es la situación de Crimea -anexionada por Rusia en el 2014- y de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donétsk y Lugansk, en la región separatista prorrusa del Donbás, que Rusia reconoció como independientes en febrero, poco antes de la intervención militar.

Respecto a la península de Crimea, Ucrania propuso un plazo de 15 años para resolver el asunto, sin que ambos países recurran a la fuerza en este período.

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Asimismo, el acuerdo de garantías internacional propuesto por Ucrania no se extendería ni a Crimea ni al Donbás.

Al respecto, Aribel Contreras detalla: “Este aspecto va a requerir más rondas de negociación. Por un lado, Rusia reconoce la independencia de Lugansk y Donetsk, algo que no va a ser aceptado ni por Ucrania ni el resto de la comunidad internacional. Ucrania podría cederle autonomía al Donbás. Es decir, no va a ser independiente, ni será parte de Rusia, sino una especie de región autónoma, algo así como Cataluña en España. Podría ser un término medio donde ni Ucrania crea que está cediendo territorio ni que Rusia se lo anexe”.