Tokio. La vida de Haruna Yukawa, ejecutado por el Estado Islámico (EI), está repleta de infortunios: la muerte de su esposa, la quiebra y dudas de identidad que le llevaron a ponerse nombre de mujer. Problemas que le pudieron llevar a Siria y caer en manos del grupo yihadista.
Mucho han especulado los medios nipones sobre los avatares de este hombre de 42 años desde que se conoció la noticia de su secuestro el pasado agosto y sobre el que la opinión pública japonesa no ha mostrado mucha simpatía.
El anuncio de su supuesta muerte llegó a través de una grabación en la que su compañero de cautiverio, el también japonés Kenji Goto, anuncia que el Estado Islámico le ha ejecutado.
Yukawa fue capturado cuatro meses después dejar Tokio para embarcarse en un peligroso viaje a Siria donde aparentemente colaboraba ofreciendo asistencia logística a un grupo rebelde implicado en la guerra civil siria y rival de Estado Islámico.
En un vídeo difundido el pasado verano en internet sobre su captura, al ser preguntado por su profesión, Yukawa aseguraba que era "fotógrafo" y "periodista" mientras se encontraba maniatado en el suelo y era amenazado con un cuchillo por un grupo de hombres.
Posteriormente, en la misma grabación decía ser "medio periodista, medio doctor".
En su perfil de Facebook, Yukawa se identificaba como responsable de una compañía militar privada y aparece portando un fusil en una zona de guerra.
Él mismo reconocía que se había desplazado a Siria con el objetivo de "buscar oportunidades de negocio" y para montar una empresa de seguridad, a pesar de su total inexperiencia en este ámbito.
En la última década, su mujer murió de cáncer de pulmón, su negocio quebró y perdió su casa, lo que le hizo vivir en la calle durante meses, según revelaron los medios japoneses.
Su padre reconoció en una entrevista que la vida de su hijo "había llegado a su límite" y que incluso había decidido cambiar su nombre de Masayuki al femenino Haruna.
El periodista Kanji Goto y Yukawa se conocieron en Siria meses antes de sus respectivos secuestros y, según dijeron sus allegados, el primero aconsejó al segundo evitar las zonas de conflicto debido a su falta de preparación.
Los amigos de Goto, un reconocido periodista especializado en zonas de conflicto, aseguran que estaba intentando localizar a Yukawa cuando desapareció el pasado octubre al norte de Siria.
El perfil del freelance de 47 años, todavía retenido por el Estado Islámico, es muy diferente del de su compañero de cautiverio.
Se había desplazado al territorio sirio controlado por el grupo yihadista con la intención de cubrir el conflicto sobre el terreno, al igual que había hecho anteriormente en otras zonas bélicas.
Casado y padre de un hijo se había especializado en reportajes sobre refugiados y niños afectados por los conflictos armados, y también había colaborado con UNICEF y trabajado como voluntario en las regiones niponas más castigadas por el tsunami de 2011.
Fuente: EFE