Hace unos días Jeremiah Heaton salió a la luz por una increíble iniciativa: decidió viajar a un remoto lugar en la frontera entre Sudán y Egipto para reclamar el espacio plantando una bandera y convertirse en el rey de una comarca bautizada por él como Sudán del Norte. Como él, tú también podrías pensar en hacer tuyo un terreno no reclamado por ningún país. Al menos, si te atreves a afrontar las extremas condiciones que supone hacerse del único espacio sin dueño que queda en el mundo.
¿Dónde queda? En el punto rojo de este mapa.
La mayor parte de este espacio, llamado Tierra de Marie Byrd, constituye el mayor territorio no reclamado en la Tierra. Son 1 millón 610 mil kilómetros cuadrados que no pertenecen a nadie.
Lamentablemente, llegar ahí y poner nuestra bandera no es tan fácil. De hecho, está tan lejos de todo que la base estadounidense que se encuentra ahí solo es usada como un campamento temporal en verano.
A raíz de la firma del Tratado Antártico (en el que varios de sus miembros hacen reclamo de territorios) se invalidaron todos los reclamos territoriales anteriores a 1959, por lo que este espacio que fue codiciado en su momento por Estados Unidos quedó sin dueño. Pese a ello, la nación norteamericana ha señalado que tiene probabilidades de reclamar con éxito este espacio.