Lula ya es ministro de Rousseff y el número dos del Gobierno
Lula ya es ministro de Rousseff y el número dos del Gobierno

El ex presidente de fue investido como “ministro de la Casa Civil” de Dilma Rousseff -equivalente al jefe de gabinete, el cargo de mayor importancia luego de la presidencia- en un país conmocionado por la difusión de una embarazosa conversación entre ambos dirigentes.

Posteriormente, la asunción de Lula fue suspendida mediante una medida cautelar de aplicación inmediata decidida ante el riesgo de que su investidura descarrile una investigación judicial.

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A la ceremonia asistieron decenas de parlamentarios de la base oficialista que recibieron a Lula y a Rousseff al grito de "no habrá golpe", en alusión al trámite con miras a un posible juicio político contra la mandataria, que será retomado hoy en la Cámara de Diputados.

También estaban presentes legisladores de la oposición, algunos de los cuales gritaban "vergüenza" y se enzarzaron en un breve duelo de coros con el oficialismo.

El nombramiento de Lula da Silva como ministro de la Casa Civil, el cargo más influyente del Gobierno que equivale al de jefe de Gabinete, ha generado un terremoto político por los problemas que el exmandatario enfrenta en la Justicia, que se agravaron con la difusión de unas polémicas grabaciones que sugieren que la mandataria intentó influir a su favor.

La seguridad en el Palacio de Planalto ha sido reforzada con decenas de policías y el tránsito de vehículos fue restringido en torno a la Plaza de los Tres Poderes, donde también se sitúan las sedes del Congreso y de la Corte Suprema.

— ¿Último cartucho? —

El nombramiento de Lula es presentado por analistas como uno de los últimos cartuchos que le quedan a Dilma Rousseff para llegar al fin de su segundo mandato (2014-2017), evitando el proceso de impeachment (juicio político) que la oposición impulsa en el Congreso por presunta manipulación de las cuentas públicas de Brasil.

La Cámara de Diputados instalará el jueves la comisión especial que analizará en primera instancia si existen argumentos para abrir ese juicio a la presidenta.

Pero ese cartucho podría resultar pólvora mojada, tras la decisión del juez Sergio Moro, a cargo de las investigaciones de Petrobras, de difundir una conversación telefónica entre Lula y Rousseff.

En esa conversación, grabada por la policía judicial el miércoles por la mañana, Rousseff le anunciaba a Lula que se aprestaba a enviarle el decreto de su nombramiento como jefe de gabinete para que pueda "usarlo en caso de necesidad".

La Presidencia anunció además que adoptará "todas las medidas judiciales y administrativas pertinentes para reparar una flagrante violación de la ley y la Constitución" por parte del juez Moro, "autor de la filtración".

Las expectativas sobre la capacidad de Lula podrían estar de todos modos sobrevaluadas, estiman analistas.

Cuando dejó el poder, Brasil era una potencia emergente que brillaba en un mundo sumido en la crisis financiera global, pero actualmente se encuentra en una profunda recesión (el PBI brasileño tuvo una contracción de 3,8% en 2015) y lucha contra viejos fantasmas, como la alta inflación y el alza del desempleo.

Lula, cuando estaba en el poder, solía usar la muletilla "nunca antes este país..." para expresar los avances que se deban en materia de desarrollo e igualdad social.

Una muletilla que el editorialista Clovis Rossi, de Folha de Sao Paulo, recordó este jueves de manera cruenta, al afirmar: "Nunca antes este país vivió momentos tan intensos de República bananera".

Fuente: AFP

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