Washington. Estados Unidos admitió públicamente el lunes que Nicolás Maduro podría permanecer un largo tiempo en la presidencia de Venezuela pese a los esfuerzos de más de 50 países para removerlo del poder.
“El fin viene para Maduro. Simplemente no sabemos qué día” llegará, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo durante un discurso sobre América Latina en la Universidad de Louisville.
►EE.UU. advierte que ayudará a impedir que las protestas en Latinoamérica se conviertan en revueltas
►Cómo los militares volvieron al primer plano de la política en Sudamérica
►La popularidad de Piñera se hunde a un histórico 10% en medio de la crisis en Chile
Pompeo expresó confianza en lograr la salida de Maduro y se refirió a la manera abrupta en que dejaron el poder en 1989 los líderes comunistas Eric Honecker, de Alemania Oriental, y Nicolae Ceausescu, de Rumania.
“Confío en que nuestra meta de la salida de Maduro está al alcance y puede ser antes de lo que pensamos”, indicó.
Estados Unidos y más de 50 países consideran que la reelección de Maduro en 2018 fue fraudulenta por lo cual reconocen como presidente legítimo de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó.
Washington ha impuesto sanciones a docenas de funcionarios del gobierno de Maduro.
Mike Pompeo también reconoció que usar la fuerza militar en Venezuela tendría “riesgos” significativos, en lo que supone un cambio sustancial en la postura que hasta ahora ha defendido el Gobierno estadounidense sobre una opción militar.
“Hemos visto a gente pidiendo un cambio de régimen mediante medios violentos y, desde enero, hemos dicho que todas las opciones están sobre la mesa para ayudar al pueblo venezolano a recuperar la democracia y la prosperidad. Eso es desde luego todavía verdad, pero hemos aprendido de la historia que los riesgos de usar la fuerza militar son significativos”, dijo Pompeo.
Sus declaraciones contrastan con la línea que ha defendido hasta ahora la Administración estadounidense, que durante meses insistió en que “todas las opciones estaban sobre la mesa” en relación con la crisis en Venezuela y, en todo momento, aseguró que eso incluía la opción militar.
Ahora, Pompeo dejó entrever que el Ejecutivo estadounidense ya no baraja la posibilidad de una invasión militar, aunque no llegó a decirlo claramente.
En vez de la opción militar, EE.UU. ha “privado a Maduro y sus compinches del petróleo que no va a los bolsillos del pueblo venezolano, sino a los del régimen”, defendió.
“Hemos sido despiadados al atacar la habilidad del régimen para traficar con drogas, una fuente vital de efectivo”, aseguró Pompeo, quien aseveró que gracias a las sanciones económicas de EE.UU. y otros países la salida del poder del presidente venezolano, Nicolás Maduro, “está al alcance”.
Pompeo hizo esas declaraciones un día antes de que se reúnan en Bogotá los cancilleres de los países del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), una especie de OTAN americana que han recuperado los países americanos después de décadas prácticamente en el olvido con el fin de presionar al Ejecutivo de Maduro.
Los países del TIAR tienen previsto comprometerse mañana a la imposición de una serie de restricciones de viaje para líderes chavistas; pero ya han descartado por completo una opción militar debido al rechazo de la decena de naciones que conforman el Grupo de Lima.
Pompeo no hizo referencia al escándalo que actualmente enfrenta la coalición opositora encabezada por Guaidó.
Varios legisladores opositores fueron suspendidos de sus cargos la víspera por acusaciones de que formaban parte de una supuesta compra de votos para socavar la mayoría opositora en la Asamblea Nacional y por abogar a favor de empresarios vinculados con el gobierno de Venezuela que presuntamente lavaron dinero.
Las acusaciones surgen mientras Guaidó ha visto disminuir el número de personas que responden a su exhortación a protestar en las calles y cada vez son más los que dudan de su capacidad y la de sus aliados para reanimar la esperanza de que es posible poner fin al mandato de Maduro.
Fuente: AP / EFE