(Foto: Juan Ponce / El Comercio)
(Foto: Juan Ponce / El Comercio)
Milagros Asto Sánchez

Cynthia Hudson se enamoró del periodismo con el escándalo de Watergate. Era tan solo una niña cuando se quedó en shock frente al televisor preguntándose quién era ‘Garganta Profunda’ y de dónde salían las fuentes de las que todos hablaban en aquel escándalo. En los años 80, mucho antes de convertirse en la mujer fuerte de las comunicaciones en habla hispana, Hudson cumplió su deseo de contar historias como reportera de televisión hasta que finalmente se maravilló del trabajo que ocurría detrás de cámaras.

—¿Qué piensa de las metas y sueños que tenía cuando empezaba como periodista?
En realidad, creo que he logrado más de lo que imaginé posible. En parte porque me veía en una situación de mujer joven, quería una familia. En ese momento el movimiento feminista ya llevaba un tiempo y nosotras estábamos convencidas de que se podía tener todo. La famosa frase estadounidense de “You can have it all”. En mi carrera me di cuenta de que puedes tenerlo todo, pero no todo a la vez.

—Según encuestas recientes, las mujeres que trabajan en los medios ganan menos que los hombres y no son muchas las que ocupan cargos importantes. ¿Cómo lo logró?
Yo creo que he tomado muchos riesgos en mi carrera. He decidido arriesgarme cuando quizás la intuición tradicional me decía que no lo hiciera. Por ejemplo, era un riesgo que estando frente a una cámara decidiera salir de ahí, era un riesgo mudarme a otra ciudad para tomar un trabajo, era un riesgo entrar en un área de producción. Pero nunca le tuve miedo a las nuevas aventuras y eso me ayudó a llegar a este momento de mi carrera.

—Ha sido reconocida como una de las mujeres latinas más poderosas del mundo. ¿Se siente poderosa?
Siento que contribuyo al poder del periodismo en un momento en el que estamos siendo atacados por todas partes por el famoso ‘fake news’, y donde a los gobiernos no les gusta que uno reporte sobre la realidad. Yo me siento poderosa en el sentido de que todos los días podemos contar la historia de nuestro mundo.

—¿Cuán importante es tener un buen periodismo de habla hispana con Donald Trump en el poder?
Nos enfrentamos a un mundo que yo no pensé que iba a ser posible. Encontramos comentarios racistas, una falta de entendimiento de lo que significa la inmigración para la historia de EE.UU. Por ello, tener un buen periodismo de habla hispana es vital. Contar con una fuerza importante en nuestro idioma es un factor unificador, que demuestra la fuerza de los latinos. Además, estamos en la región donde se hablan más otros idiomas que el inglés.

—¿Cómo toma los ataques de Trump contra CNN?
No es la primera vez que nos atacan. En Latinoamérica hay muchos Donald Trump. Nosotros hemos tenido que vivir el ataque de diferentes gobiernos a los que no les gusta que mostremos la realidad de sus países. A mí me han atacado en diferentes países en televisión abierta. Pero pienso que si estamos presentando la realidad que ocurre en cualquier país y no le gusta a ese gobierno, el problema lo tiene el gobierno, no los periodistas.

—En Venezuela la señal de CNN fue sacada del aire.
Hemos estado viviendo un ataque a la prensa en general. Con la tragedia de los reporteros ecuatorianos, las muertes de los periodistas han alcanzado números récord. El ataque de los gobiernos hacia el periodismo es peligrosísimo y como periodista puedo decir que no solo es peligroso para la sociedad, sino también para el futuro democrático de cualquier país.

—¿Cómo defenderse?
Siendo rigurosos, sin permitir errores, siendo estrictos con los hechos y la transparencia, que es lo que no tienen los gobiernos que nos critican.

—Usted ha dicho que la palabra ‘news’ se está usando casi de forma prostituida...
Porque ahora cualquiera puede usar la palabra ‘news’ [‘noticias’] sin tener rigor periodístico. Incluso tenemos que entender que las personas que son comentaristas o que dan opiniones no son periodistas. La credencial de periodista significa que hay un trabajo de rigor periodístico y creo que la responsabilidad cae también en el usuario de ese material. El público que tiene en su mano un celular también tiene que tener el rigor de preguntarse “¿de dónde viene esto?”, “¿cómo puedo creerlo?”.

—¿Cuál cree que es el mayor reto del periodista en ese escenario?
El rigor. No podemos caer en dar información equivocada. Yo prefiero llegar tarde que llegar primero, pero llegar tarde y con información cierta.

—¿Qué decirles a quienes dicen que el periodismo está muriendo?
No lo creo, incluso diría que estamos viendo que el resultado de la masificación de la información está haciendo que las personas teman estar ante información falsa, y por eso hoy más que antes es importante seguir siendo periodistas. Pero nos toca saber adaptarnos a las plataformas. Pienso que siempre existirá la curiosidad intelectual y las personas que quieren información válida, variada, opinión y hechos buscarán el periodismo serio.

—¿Cómo se ve al Perú desde CNN?
El Perú es un país que ha pasado por una serie de cambios de gobierno, pero se ve como un país que sigue intentando mejorar su democracia. Ha crecido económicamente. En general siento que el Perú es una nación optimista a pesar de los cambios políticos.

—¿Qué de nuevo ha aprendido del periodismo en los últimos años?
Que el periodismo tiene que ser flexible, que podemos contar una misma historia de forma diferente en base a la plataforma que se utiliza.

—¿Hay algo que la haya decepcionado de la profesión?
No. Yo amo esta profesión, amo el periodismo, el poder comunicar es muy importante. Estamos retratando la historia de nuestros tiempos, no sé qué haríamos sin el periodismo. 

PERFIL

Nací en Los Ángeles en 1964 y estoy orgullosa de decir que soy cubanoamericana. Tengo una maestría en Comunicaciones de la Universidad de Miami. He ocupado cargos ejecutivos en Univisión, Telemundo y SBS. Actualmente pertenezco a la familia de CNN. He ganado ocho Emmys en mi carrera.

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