Activistas chinos, junto con una ONG internacional, pidieron hoy la liberación de un niño autista de 9 años que lleva nueve meses retenido por la Policía china, después de que fuera arrestado en 2014 junto a su madre adoptiva, una militante anticorrupción del país, y no haya vuelto aún con su familia.
Wendy Lin, investigadora de la organización Chinese Human Rights Defenders (CHRD) consideró "urgente" la liberación de Panpan, de 9 años, ya que el menor necesita continuar con su educación especial y su madre duda de que las autoridades estén facilitándosela.
La madre, Ma Bo, es una activista de la provincia norteña de Heliongjiang, y fue arrestada en Beijing en julio del año pasado, después de que protagonizara, junto a un grupo de personas, una protesta contra la corrupción en la capital china.
La Policía entró por la fuerza a su casa la noche del día 2 al 3 de julio y arrestó a la madre y a su hijo, que se encontraba durmiendo.
Al poco tiempo, Ma fue liberada, si bien las autoridades no hicieron lo mismo con el niño y, actualmente, sus familiares no saben dónde está, aunque sospechan que le han trasladado a un orfanato de la capital.
La Policía de Beijing se niega darle ninguna información a la madre, ya que rechazan que Panpan sea su hijo.
Según explicó Wendy Lin de CHRD, no está del todo claro si Ma posee la documentación oficial de la adopción, ya que el sistema en China para adoptar a un niño es "complicado y lioso" para los ciudadanos del país.
Por ello, Lin considera que las autoridades se están "aprovechando" de esta situación y, a través de Panpan, intentan "mandar un mensaje" a otros activistas que protagonizan manifestaciones, prohibidas en el país asiático.
"Las autoridades locales quieren acosar, intimidar y, lo que es más importante, hacerle la vida difícil a los activistas. Así que las represalias contra su familia son un forma de decirles que tienen que pagar un precio (por su activismo)", aseguró a Efe.
La activista Ma Bo es miembro de una agrupación de ciudadanos que comenzaron a organizar actos de protesta contra la corrupción después de que el propio presidente del país Xi Jinping anunciara una campaña contra estas malas prácticas a gran escala hace ya casi más de dos años.