El papa Francisco hizo este domingo un llamamiento a la paz y pidió detener la guerra en Siria, tras suplicar ante miles de católicos en la plaza de San Pedro "¡No a la destrucción, sí a la paz!".
"Apelo al compromiso de todos para que se haga una elección a favor de la civilización: no a la destrucción, sí a la paz, sí a la gente de Alepo y de Siria", clamó el papa argentino durante el Ángelus dominical, desde la ventana de su estudio en el palacio apostólico y ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
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"Cada día tengo presente, sobre todo en la oración, a las personas de Alepo. No hay que olvidar que Alepo es una ciudad y que allí hay gente: familias, niños, personas mayores, enfermos... Por desgracia ya estamos acostumbrados a la guerra, a la destrucción", lamentó el pontífice, incansable en sus pedidos a favor de la paz en Siria.
Con el apoyo de la fuerza aérea de Rusia, el régimen sirio conduce desde noviembre una ofensiva militar para recuperar los barrios rebeldes de Alepo, que ha cobrado muchas víctimas entre la población civil.
La toma de Alepo marca un momento decisivo en la guerra de Siria porque concede al régimen una victoria que lo encamina firmemente en su objetivo de reconquistar el país.
Con la contraofensiva del régimen las fuerzas progubernamentales han recuperado el 85% de los barrios en poder de los rebeldes desde 2012.
Alepo es la segunda ciudad más importante de Siria, después de Damasco, y una pieza clave para la guerra que desde hace casi seis años enfrenta al gobierno sirio con diferentes grupos opositores, incluidos Estado Islámico y Al Qaida y que ha dejado más 300.000 muertos desde 2011.
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Hoy en día Alepo es una ciudad en ruinas, incluida la ciudad vieja, -- declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO -- y la mayoría de sus dos millones de habitantes ha tenido que huir.
Fuente: AFP