De noche, exhausto tras siete días de gira por tres ciudades de Chile y otras tres del Perú, el ofreció su tradicional rueda de prensa en el avión de regreso a Roma. El pontífice dijo sentirse impresionado por la fe que vio en el Perú al punto que era “de no creer” lo que vivió en Lima y comparó la visita con su viaje a Filipinas donde logró romper el récord de Juan Pablo II congregando a más de 7 millones de personas.

“Volví a esa imagen que vi en Filipinas y Colombia. Los papás y las mamás a mi paso levantando chicos. Y eso dice futuro. Dice esperanza”, señaló el Papa quien nuevamente calificó al Perú como “una tierra ensantada” por ser el pueblo que tiene más santos en América Latina. “Y santos de alto nivel”.

El encuentro con los 75 periodistas asignados en el vuelo papal duró poco más de una hora y fue interrumpido brevemente por turbulencia justo cuando hablaba sobre el Sodalicio y el caso del obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrir al sacerdote pedófilo Fernando Karadima.

Sin mencionar el nombre de Luis Figari, el Papa dijo que el fundador del Sodalicio no solo tenía denuncias por abuso sino también por manipulación de conciencias. 

“Él se declaró inocente de las pruebas que hubo en su juicio y apeló a la signatura apostólica, que es la Suprema Corte de Justicia del Vaticano. La causa está en apelación y por los datos que tengo, saldrá en menos de un mes. Lleva un año el proceso”, explicó.

Sin embargo, el Papa aclaró que si el proceso eclesiástico es favorable o no “ya no tiene sentido” porque Figari acumula muchas denuncias, más graves, en la justicia civil, “lo cual en estos casos de abuso siempre es conveniente, siempre es conveniente, porque es un derecho”. Y luego mencionó que cree que en esa instancia las cosas pintan “bastante desfavorables para el fundador”.

Efectivamente, en los próximos días el Poder Judicial deberá resolver el pedido de prisión preventiva contra Figari formulado por la fiscalía. De prosperar, el Estado Peruano deberá presentar el pedido de extradición al Gobierno Italiano ya que Figari vive en Roma. La Iglesia no interviene en ese proceso.

TRES ABUSOS

Francisco también explicó que el Caso del Sodalicio no se limita solo a Figari. Al estudiar a la organización encontró que había cosas “no del todo claras” y por eso, hace casi dos años mandó un visitador al Sodalicio, el cardenal Tobin, de Newark, quien descubrió irregularidades que lo llevaron a nombrar dos veedores económicos. “Y ese es el tercer abuso que también rozaba al fundador: el manejo económico”, precisó el Papa.

Por todo esto, hace dos semanas, Bergoglio ordenó intervenir esta institución nombrando un comisario, en un procedimiento que él mismo calificó como muy parecido al que adoptó Benedicto XVI frente a los Legionarios de Cristo. “Benedicto no toleraba esas cosas y yo aprendí de él a no tolerarlas también”.

Si bien no habló sobre las víctimas, sí expresó su sentir frente a los abusados cuando respondió una pregunta referida al caso del obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrir al sacerdote pedófilo Fernando Karadima: “Yo sé que hay mucha gente abusada que no puede traer una prueba. Y que a veces la tiene, pero tiene una vergüenza que lo tapa y sufre en silencio. El drama de los abusados es tremendo. A mí me tocó atender, hace dos meses, a una mujer abusada hace 40 años. Casada, con tres hijos. Esa mujer no recibía la comunión desde esa época porque en la mano del cura veía la mano del abusador. No podía acercarse y era creyente. Era católica”.

MIEDO AL CORRUPTO

Al ser consultado sobre los escándalos de corrupción que han golpeado al Perú, el Papa dijo que hay muchos focos de este mal en América Latina. “Hoy está de moda hablar de Odebrecht, pero es apenas un botón de muestra”. Para él, la corrupción está en el político poderoso, el empresario que le paga la mitad a sus obreros, la ama de casa que explota a sus mucamas y hasta en la Iglesia.

“Yo al pecado no le tengo miedo, le tengo miedo a la corrupción, que te va viciando el alma y el cuerpo. Un corrupto está tan seguro de sí mismo que no puede volver atrás. Son como esos pantanos chupadizos que querés volver atrás y te chupa. Es una ciénaga. Es la destrucción de la persona humana”.

AP
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UN RIESGO PASTORAL

Las conferencias en los aviones no son particularmente del agrado de Francisco. Él mismo lo reconoce en el libro “Adesso Fate le Vostre Demande” (Ahora hagan sus preguntas) editado por el jesuita Antonio Spadaro, donde menciona que no es un momento que disfruta porque teme ser malinterpretado. “A veces en el avión imagino las preguntas que podrían hacerme. Pero para responder necesito estar con la persona y mirarle a los ojos. Sí, tengo todavía miedo a ser malinterpretado, pero quiero correr ese riesgo pastoral”, señaló.

Generalmente empiezan ni bien despega el avión y las preguntas se realizan por bloques. Una o dos para los periodistas de los países que ha visitado, quienes son los primeros en tomar la palabra y luego se dividen por idiomas. Una pregunta en italiano, otra en francés, alemán, inglés y español. Si no hay turbulencia y el Papa no está muy cansado se puede dar una segunda ronda. Esta vez los franceses y alemanes se quedaron con las ganas. Tendrán que alzar la voz para que les den prioridad en el próximo viaje que será a Irlanda, un país plagado de casos de sacerdotes pedófilos, un tema que está marcando todos los viajes del Papa.

LAS PREGUNTAS
Horas antes de abordar el avión se informó que el Papa contestaría dos preguntas del Perú y dos de Chile. Cada periodista planteó una pregunta, se discutieron las opciones, se llegó a dos finalistas y tras un sorteo se eligió a los dos que tomarían la palabra.

1.- “Santo Padre. Usted dijo en el vuelo de ida que no conocía bien al Perú y en estos días ha tenido la oportunidad de recorrer tres ciudades. La gente se ha volcado a verlo y ha llegado a decirle Panchito no te vayas. ¿Qué se lleva del viaje al Perú?”
Armando Canchanya, RPP.

2.-“Su Santidad. En el Perú, la clase política ha defraudado al pueblo con actos de corrupción e indultos negociados. Pero también lo han hecho algunos miembros de la Iglesia. Basta ver a las víctimas del Sodalicio de Vida Cristiana que reclaman justicia. ¿Qué respuesta da usted a ambos casos?”
Ghiovanni Hinojosa, La República

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