El papa Francisco suele hacer llamamientos a la paz en Ucrania, pero una de sus últimas alocuciones lo ha dejado, muy a su pesar, en el centro de una nueva polémica entre Kiev y Moscú y obligó al Vaticano a hacer una aclaración para intentar salir del apuro.
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El origen del impase fue el discurso que Francisco dio el último 25 de agosto a un grupo de jóvenes rusos católicos reunidos en una iglesia de San Petersburgo en el ensalzó la herencia de “la gran Rusia”.
“Son hijos de la gran Rusia, de grandes santos, de reyes, de Pedro el Grande, de Catalina II, de un pueblo ruso de gran cultura y gran humanidad. No olviden nunca este gran legado. Son herederos de la gran Madre Rusia, sigan adelante con ello”, dijo el Papa por videoconferencia.
La reacción ucraniana no tardó en llegar. El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, calificó el lenguaje de Francisco de “muy desafortunado” y agregó que “es con este tipo de propaganda imperialista (...) que el Kremlin justifica el asesinato de miles de ucranianos y la destrucción de cientos de ciudades y pueblos ucranianos”.
The Pope told about the Russian people that they are the "heirs of a great empire".
— NOELREPORTS 🇪🇺 🇺🇦 (@NOELreports) August 28, 2023
"Never forget your heritage. You are the heirs of the great Russia: the great Russia of saints, rulers, the great Russia of Peter I, Catherine II, that empire - great, educated, great culture… pic.twitter.com/1cpLpjDBl4
Kiev defiende que son las ideas rusas de gran potencia la causa de la agresividad crónica de Rusia y que tanto Pedro el Grande, de Catalina II, gobernantes rusos del siglo XVIII, desempeñaron un papel central en la supresión de los últimos vestigios de la autonomía de la que todavía gozaban los territorios ucranianos del Imperio.
Por ello, que esas afirmaciones “salgan consciente o inconscientemente de la boca del papa, cuya misión, a nuestro entender, es precisamente abrir los ojos a la juventud rusa sobre el rumbo destructivo de los actuales dirigentes rusos”, expresó Nikolenko.
El arzobispo Sviatoslav, líder de la mayor Iglesia católica del país, la Iglesia Ucraniana Grecocatólica, también rechazó las palabras del Papa, afirmando que representan “el peor ejemplo del imperialismo y el nacionalismo extremo ruso”.
Rusia, por su parte, no dejó pasar la oportunidad para aprovechar lo dicho por el pontífice y este martes 29 se congratuló por las afirmaciones de Francisco. “El pontífice conoce la historia de Rusia y eso está muy bien”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Destacó, además, que la historia de Rusia tiene “profundas raíces” y su legado no se limita a Pedro I o Catalina II, algo que el Estado busca recordar a sus jóvenes y estudiantes. “Y que el pontífice esté en sintonía con estos esfuerzos es muy, pero muy gratificante”, dijo Peskov.
¿Un mal gesto?
El historiador italiano Gerardo Ferrara, representante de Fundaciones de habla hispana en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Roma, cree que las palabras del Papa causaron esta controversia, ante todo, porque la situación entre Rusia y Ucrania es muy compleja y muchas expresiones pueden ser interpretadas de forma distinta por ambos bandos.
“En este caso, hay que destacar el contexto de las afirmaciones del Papa, dónde y a quién se estaba dirigiendo. El Papa le estaba hablando a la juventud católica rusa reunida con la ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. El Papa no le estaba hablando a la juventud leninista. Si el Papa le está hablando a la juventud católica está dando un mensaje de paz, como siempre lo ha hecho. Además, en todos los años de su pontificado, Francisco siempre ha atacado muy duramente el imperialismo”, dice a El Comercio.
El experto recuerda que la política del Vaticano ha consistido en los últimos tiempos en buscar la reconciliación y que el Papa intentó recomponer la fractura que ya había hablando con el patriarca de los rusos ortodoxos de Moscú, Kirill.
“Lo que el Papa dijo es que los jóvenes rusos tienen que recordar cuáles son sus raíces y recomendó que nunca huyan de este legado porque son herederos de la gran madre Rusia. Ese concepto de la gran madre Rusia es bastante complicado porque incluye a Ucrania y Bielorrusia. Es una tierra de fronteras, con varios imperialismos. Ucrania significa tierra de la frontera rusa. Además, el patriarcado de Moscú nació en Kiev”, explica Ferrara.
Es innegable al patrimonio cultural que comparten ambos países, que en el pasado formaban un solo territorio. Mirticeli Medeiros, investigadora sobre la historia del catolicismo en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, señala que, en lo que respecta al cristianismo, por ejemplo, la tradición rusa arraigada en la cultura bizantina tuvo un papel importante en el desarrollo del cristianismo en el pasado.
“Rusia incluso fue considerada ‘La Tercera Roma’ después de la caída de Roma y Constantinopla. El problema no radica, en mi opinión, en reconocer esto, sino en hacerlo en el contexto actual de conflicto. El Vaticano aclaró el comentario, afirmando que el pontífice en ningún momento pretendió exaltar el imperialismo ruso. Después de todo, dijo esto a un grupo de jóvenes rusos con los que se reunió. Sin embargo, una vez más, Francisco no tuvo en cuenta este delicado escenario”, comenta.
¿Consecuencias?
Más allá del trasfondo histórico, es claro que el rol del Papa está en entredicho pues se le ha considerado uno de los pocos mediadores, al menos en cuanto a su discurso, en el conflicto en curso.
Ferrara que las recientes palabras de Francisco no van a tener muchas consecuencias para Ucrania porque el Papa nunca ha apoyado una agresión de Rusia a Ucrania.
“La polémica que vemos es que a lo mejor los políticos de ambas partes intentan usar las palabras del Papa para su ventaja. Rusia las quiere utilizar para seguir atancado a Ucrania. Ucrania las quiere usar en contra de Rusia y un poco en contra del Papa”, agrega.
Medeiros añade la posición del Papa, como jefe de Estado, es bastante complicada. En primer lugar, porque está al frente de un Estado que, debido a su actuación en soft power, no puede oponerse públicamente a países con los que mantiene relaciones y Rusia es uno de ellos.
“Es un estado sui generis que, en el tablero geopolítico, asume una posición de mediación reconocida por la comunidad internacional debido a su ‘neutralidad’. La postura del Vaticano con respecto a Rusia es muy clara: el pequeño estado la clasifica como invasora, condena la guerra y aboga por un acuerdo. Pero un acuerdo solo puede ocurrir si ambas partes están dispuestas. En este caso, Ucrania no quiere participar en dicho acuerdo, considerando que Rusia, como invasora, no tiene derecho a imponer condiciones”, explica.
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