Estudiantes peruanos de posgrado de prestigiosas universidades de Estados Unidos dan su visión sobre la crisis en el país. Los jóvenes participaron en la Conferencia Omnia, una iniciativa que reúne a latinoamericanos que estudian políticas públicas en Georgetown, American University, Columbia, Cornell, Harvard, John Hopkins, Princeton y Yale para discutir temas relevantes para la región.
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Los estudiantes comentan la preocupación que se expresa en el mundo académico sobre la situación de nuestro país. Consideran que el fortalecimiento de las instituciones es clave para mejorar la realidad del Perú y llaman a todas las partes involucradas a asumir sus responsabilidades.
A continuación, los puntos de vista de Nicole Martens, estudiante de Maestría en Políticas Públicas en Georgetown University.
Andrés Villar, estudiante de Maestría en Políticas Públicas en Georgetown University.
Rafael de Osma, estudiante de Maestría en Democracia y Gobernabilidad en Georgetown University.
Y Andrés Blume, estudiante de Maestría en Políticas Públicas en American University.
Nicole Martens: Se está prestando mucha atención a la crisis política en Perú. Fue uno de los temas que se discutió en uno de los paneles de la Conferencia Omnia, en el que algunos expositores comentaron sobre el fallido intento de golpe de estado en diciembre del 2022 y la evolución de las protestas que hoy vivimos. También se destacaron algunos aspectos positivos como la transición ordenada que hubo con el gobierno de emergencia hace dos años.
También pude asistir a otros eventos organizados recientemente por Georgetown sobre el panorama político y económico en Latinoamérica y uno de los expositores inició la conferencia lamentando lo que está sucediendo En el Perú, refiriéndose a la pérdida de vidas durante las protestas.
Andrés Villar: La crisis del Perú es un tema de mucha preocupación. Sin embargo, a muchos no les sorprende, ya que ven la crisis como el estallido de muchos factores acumulados, como la erosión del consenso democrático, la corrupción, la polarización entre los peruanos y el bajo de nivel de confianza de la ciudadanía en el gobierno. Para entender esta crisis, algunos en el mundo académico llaman a estudiar la época de Fujimori y la debilitación del sistema político y las instituciones democráticas. Otros van más atrás, hacia los 1930s, en la época Sánchez Cerro y algunos hasta la fundación de la república.
A su vez, se hace énfasis en los matices raciales y étnicos que tiene esta crisis y también se considera un producto de la incapacidad, gobierno tras gobierno, de incorporar al Perú profundo en el sistema socioeconómico del país. Lo que más preocupa es la violencia y las muertes en las manos de las fuerzas de seguridad peruanas y se sigue de cerca la evolución de este conflicto, muchos ya lo consideran una tragedia de derechos humanos de mayor escala.
Rafael de Osma: El mundo académico ve con mucha preocupación la crisis política que vive el Perú. La volatilidad política es ampliamente percibida como un retroceso democrático. Los desafortunados hechos que se vienen desenvolviendo desde el comienzo del gobierno de Pedro Castillo han causado niveles preocupantes de polarización. El consenso es que el Estado debe implementar reformas institucionales que transparenten los concursos públicos y le aseguren a la población, de una manera transparente, que los servidores públicos ejercen sus puestos de una manera honrada y por el interés de los ciudadanos.
Un aspecto que llama la atención de los académicos es el hecho que nuestro país ha tenido a seis presidentes en seis años. A la vez, los ministerios han tenido una tasa de rotación que dificulta ejecutar políticas públicas que aporten al bienestar nacional. La necesidad de dejar la unicameralidad es urgente. La implementación de un senado tiende a ser, en los ojos de la “academia” una solución viable que contribuirá a fortalecer un sistema de frenos y contrapesos que dificulten movidas abruptas hacia la autocracia, como intentó hacer Pedro Castillo el último 7 de diciembre. Académicos de las áreas de ciencia política, servicio exterior y democracia y gobernabilidad ven la reacción de las fuerzas armadas ante el intento del golpe como una señal positiva que demuestra que la separación de poderes prevalece en el Perú.
Andrés Blume: La preocupación y curiosidad por la situación política del Perú definitivamente ha aumentado. Muchos no están familiarizados con crisis como las que nuestro país está pasando, menos con el hecho que hemos tenido seis presidentes en los últimos años. Sin embargo, no es difícil ver esto como un reflejo de la alta polarización que se está viviendo en muchas partes del mundo, especialmente Estados Unidos. Quienes estamos aquí, formándonos en políticas públicas, buscamos prepararnos para aportar a un mejor futuro para nuestro país.
Nicole Martens: Sin duda es muy relevante y esto se ha evidenciado en el gran seguimiento y preocupación que otros compañeros latinoamericanos de políticas públicas de Georgetown y de la Red Omnia han manifestado. Creo, además, que lo que ocurre en Perú es muy relevante para otros países de la región porque ejemplifica cuáles son las consecuencias de contar con instituciones frágiles, alta polarización política y una falta de confianza generalizada hacia nuestras autoridades.
Andrés Villar: La crisis ha tenido implicaciones para la región desde el intento de golpe de Pedro Castillo. El hecho que algunos países Latinoamericanos no condenaran esta acción con contundencia provoca muchas dudas. Se esperaba de países como Nicaragua y Venezuela, pero las respuestas ambiguas de Colombia, México, Chile y Argentina generan una preocupación de su compromiso con la democracia.
La crisis del Perú es un fuerte llamado de atención para otras naciones que han tenido problemas acumulados de corrupción, desigualdad y erosión democrática para hacer algo antes de que sea muy tarde y estalle un conflicto como en el Perú.
Rafael de Osma: Nuestro país es tremendamente relevante para Latinoamérica. En la etapa prepandemia, el Perú demostraba tener una economía dinámica que, a través de los sectores como la minería, la agricultura y el turismo, demostraba lo beneficioso que puede ser la presencia de una economía social de mercado. Es importante mantener un sistema económico que incentive el libre mercado, pero optar por la implementación de reformas que limiten la corrupción y el clientelismo. Muchos países de la región están sufriendo de un retroceso democrático a través del accionar de sus líderes políticos y sociológicamente en el pensar de sus poblaciones. El Perú tiene que demostrar un alto grado de resistencia ante esta inminente amenaza.
Tenemos la oportunidad de crear un precedente que podría servirle a la región como un modelo para la resolución de conflictos en el que la salud institucional ayude a la prevalencia de la democracia. Tenemos la oportunidad de demostrarle a la región que el violentismo no es causal para ceder y reescribir nuestro texto constitucional. Chile, por ejemplo, cuya institucionalidad democrática si logró ser manipulada por actos de violencia, ahora se encuentra en una desafortunada situación de incertidumbre económica, y está proyectado a ser el único país en Latinoamérica cuyo producto bruto interno va a decaer en el 2023 (-1.5%).
Andrés Blume: La inestabilidad política que vivimos no es completamente ajena a los demás países de la región. Hay fenómenos globales que han jugado parte también, como la radicalización de un sector de la derecha y la alta polarización que se vive en la región y otras partes del mundo. Por ello, lo que está sucediendo en nuestro país puede resultar clave para la región. Los siguientes pasos que tome el gobierno, el tipo de transición que proponga para salir de la crisis, e incluso las conse-cuencias que deba asumir tras esto, podrían sentar un importante precedente en la democracia de la región.
Nicole Martens: Muchas de las clases que llevamos en Georgetown buscan exponernos a diversos problemas que enfrentan países en vías de desarrollo como el Perú, y buscan darnos las herramientas necesarias para analizar y solucionar estos problemas basándonos en evidencia y en la ética. Creo que este tipo de herramientas son un aporte fundamental para abordar una crisis como la que vivimos, pues a través de políticas públicas bien diseñadas podemos fortalecer nuestras instituciones y recuperar la confianza de muchos sectores de la población que hoy sienten que se les ha dado la espalda.
Andrés Villar: El mejor aporte que se puede hacer desde la política pública es toda política que tenga que ver con transparencia y reformas contra la corrupción. Una democracia no puede funcionar correctamente con los niveles de corrupción que se vive en el Perú. La corrupción es el enemigo del desarrollo y mientras las instituciones democráticas del país estén plagadas de individuos usurpadores, no se va a poder generar el cambio que el Perú necesita.
El debate se debe abordar teniendo en cuenta cómo se puede restaurar el respeto por el estado de derecho y la democracia en el Perú, áreas que están severamente debilitadas. También se le tiene que dar más énfasis a cosas básicas pero imprescindibles como la educación, infraestructura y oportunidades de trabajo en el sur peruano.
Rafael de Osma: Personalmente yo creo que el aporte más importante en estos momentos es un sistema de digitalización del estado. Transparentar las gestiones ministeriales y los concursos públicos a través de una significante inversión a la infraestructura digital del estado. Es central que información sobre todas las adquisiciones del estado este significativamente más disponible ante todos los ciudadanos.
También creo pertinente que se revierta la ley que prohíbe la reelección congresal. La bicameralidad, en mi opinión, también es esencial. La ausencia de un tercer poder del estado ha fomentado la confrontación entre el ejecutivo y el legislativo.
Andrés Blume: El estudio de las políticas públicas resalta la importancia de basarse en evidencia científica para tomar decisiones. Idealmente, la política y la gestión pública deben guiarse del conocimiento producido en universidades e institutos de investigación. Sin embargo, el problema está en que, en un país como el Perú, donde el cambio de ministros se ha vuelto una constante, la gestión pública no tiene el tiempo y estabilidad necesaria para implementar reformas de largo plazo. En un contexto de constante incertidumbre, poco apoyo político, y escasos recursos, los funciona-rios públicos optan por priorizar acciones que den resultados inmediatos. Sin resolver la crisis política inmediata es difícil pensar en las reformas necesarias a largo plazo.
Nicole Martens: Creo que el diálogo y la reconciliación son clave en este momento. Sin duda no es algo inmediato o fácil de alcanzar, pero creo que un primer paso para lograrlo es reconocer los errores que se han cometido e investigar y comunicar con transparencia los abusos que hemos observado por parte de diferentes actores.
Andrés Villar: La renuncia de la presidente Dina Boluarte es necesaria para calmar los ánimos de muchos de los manifestantes y por ende reducir el nivel de violencia. Para una transición democrática, el Congreso debería convocar a elecciones cuanto antes. Sin embargo, esto no va a resolver la crisis. Se requiere una reestructuración de mayor nivel en el sistema político peruano con actores que estén verdaderamente comprometidos con la democracia del país y que no la sacrifiquen por sus intereses inmediatos. A su vez, se necesitan reformas contundentes contra la corrupción.
También es importante que las acciones de gobierno de Boluarte no queden impunes. Cualquier persona que encabece una represión con un resultado tan violento tiene que asumir las consecuencias del caso. De lo contrario, esto va a generar una sensación de desprecio y desatención aún más grande y más difícil de sanar que la que ya existe en el sur peruano.
Rafael de Osma: La salida inmediata tiene que ser una que demande la justicia para los individuos que han atentado contra el orden público. La impunidad de aquellos actores que bloquean carreteras e incendian la propiedad privada sería garantizar la continuidad de estadillos sociales con fin de impulsar agendas, como la implementación de una asamblea constituyente, que pondrían en riesgo capítulos claves de nuestra carta magna, como por ejemplo la independencia del banco central de reserva.
El congreso debe decidirse en una fecha para elecciones generales, ya que esta acción contribuiría positivamente a calmar a la violencia. Pero es indispensable evadir que se coloque una consulta para una asamblea constituyente en la próxima elección, ya que esto generaría una inmedible desconfianza macroeconómica y ahuyentaría la inversión doméstica y extranjera. La gestión pública indudablemente ha sido escasa en los últimos años. La próxima persona elegida a ejercer el cargo de presidente de la República va a tener la ardua tarea de unificar al país, demostrando claras intenciones de mejorar la fortaleza institucional y trabajar con el parlamento para implementar políticas públicas que beneficien a toda la población.
Andrés Blume: Si bien el estudio de las políticas públicas puede ofrecer caminos a la gestión pública, la salida a nuestra crisis es necesariamente política. Resulta insostenible que el gobierno continúe sin reconocer las graves consecuencias de sus acciones -la muerte de decenas de peruanos- actuando de manera autoritaria y avalando el abuso del cuerpo policial. Se debe pensar en una solución mediante la renuncia de la presidenta y el adelanto de elecciones generales. Es una medida temporal a un problema que probablemente persistirá, pero es necesario para mitigar la crisis inmediata. En un mediano y largo, cuando un nuevo gobierno asuma el mando, el enfoque deberá estar en canalizar las demandas de la población y liderar una reforma política que forje un nuevo balance entre los poderes del Estado.
OPINIÓN
“Buscamos construir y ser parte de algo más grande que nosotros”
Facundo Robles
Estudiante de Maestría en Políticas Públicas en Georgetown University y cofundador de la Red Omnia
La pandemia del COVID-19 exacerbó algunos de los problemas y desequilibrios de nuestra región. La confianza en que nuestras realidades puedan mejorar y la convicción de que eso sucederá gracias a nuestra determinación, es lo que hace que muchos jóvenes decidamos poner una pausa en nuestra carrera laboral para enriquecernos con experiencias de estudio en otros países.
El esfuerzo que realizamos para alcanzar el enorme privilegio que representa acceder a una educación de la más alta calidad traduce su recompensa de varias maneras. La cuestión es ¿cómo hacer que esos frutos sean para algo más grande que la experiencia de los estudiantes? Ese interrogante fue lo que motivó la creación de la Red Omnia. Esta red de estudiantes latinoamericanos de políticas públicas en Estados Unidos pretende ser una voz para aportar al desarrollo de nuestras naciones.
Ansiamos ser un puente, no solo entre estudiantes, sino también entre profesores que dedican su vida a proponer soluciones, y mandatarios y funcionarios que asisten a eventos organizados por nosotros. Red Omnia busca explotar todos los beneficios de los estudiantes para que no solo sea ventajoso para nosotros.
Nuestro motor fue y es la convicción de que ninguna opción implica el protagonismo de una sola persona. Precisamente, sin el trabajo realizado con miembros fundamentales de la Universidad de Georgetown, como David Guzmán Fonseca, Bernarda Jarrín y la decana de la Escuela McCourt de Políticas Públicas, Maria Cancian, nada de esto hubiera sido posible. Sin la participación de las redes de estudiantes latinoamericanos de la American University, Columbia, Cornell, Harvard, John Hopkins, Princeton y Yale, nada hubiese funcionado.
Esta red es la plataforma para crear puentes entre todos los latinoamericanos que buscamos construir y ser parte de algo mucho más grande que nosotros mismos.