La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff respondió el jueves a quienes se manifiestan descontentos con su gobierno diciendo que “la gritería de los golpistas” no la sacará de su rumbo, durante el acto de investidura de su padrino político Luis Inácio Lula da Silva como jefe de Gabinete.
“La gritería de los golpistas (...) no pondrá de rodillas" al pueblo brasileño, proclamó la presidenta Dilma Rousseff, en el acto en que su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva asumió como ministro de la Casa Civil, equivalente a jefe de Gabinete.
"¡No habrá golpe! ¡No habrá golpe!", gritaban los asistentes al acto en el Palacio de Planalto, en Brasilia, interrumpido por un opositor que gritó: "¡Vergüenza!", ante los abucheos de los presentes.
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"La gritería de los golpistas no me va a sacar del rumbo ni va a poner de rodillas a nuestro pueblo", zanjó Rousseff atribuyendo a tentativas de desestabilización los pedidos de que renuncie a su cargo.
La ceremonia de investidura del ex presidente de Brasil ocurre en medio de un agravado clima de tensión en la escena política tras la divulgación el miércoles de una conversación telefónica en que Dilma Rousseff le dijo a Lula que estaba enviando un emisario para entregarle el documento de su nombramiento como ministro para que lo usara "en caso de necesidad".
Lula da Silva fue blanco de la vigésimo cuarta fase de la Operación Lava Jato a inicios de marzo por sospechas de que habría sido beneficiario en delitos que involucran a la petrolera estatal de Brasil, Petrobras.
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— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) 17 de marzo de 2016
Fuente: AFP/Reuters/GDA
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