Los luchadores se miran fijamente, listos para el enfrentamiento. De pronto, uno se lanza hacia delante, hacia un choque de mandíbulas. El suelo se salpica de sangre.
El perro más ligero está ganando, no suelta a su oponente. El negro ha perdido la capacidad de contraatacar. Ahora, simplemente lucha por la supervivencia.
Eventualmente, intenta caminar, pero se derrumba. Las piernas ceden. La cabeza golpea el suelo.
La lucha ha terminado. Muere al día siguiente.
Los perros no hacen este tipo de cosas naturalmente, dicen los expertos.
Pero muchos son entrenados por hombres que sonríen, alientan y hacen apuestas, mientras sus animales se hacen pedazos.
Es el perturbador mundo de las peleas de perros organizadas.
Y una investigación de la BBC sobre este tema acaba de poner al descubierto una red de tráfico ilegal de perros de pelea que se extendía desde Europa del Este hasta Gales.
En el 2016 la organización benéfica británica League Against Cruel Sports (LACS) compartió información exclusiva con la BBC sobre las peleas de perros.
Un grupo de ex oficiales de policía habían identificado a jugadores clave en la escena internacional.
"Todavía se organiza una cantidad significativa de peleas", explica Martin Simms, jefe de investigaciones de LACS.
Solo en el último año la organización recibió cerca de 100 llamadas sobre peleas de perros.
La organización benéfica tenía pruebas de que determinada gente estaba criando, entrenando, comprando y vendiendo a perros de pelea, sobre los que apostaban.
Mucha había sido obtenida gracias a la ayuda de Internet.
Los combates entre animales son un pasatiempo antiguo, pero, como muchas subculturas, ahora también ha encontrado un lugar en la red de redes.
- "Grandes campeones" -
Para los "hombres de los perros" -casi siempre son hombres-, la reputación es la moneda que importa.
Así, hoy en día los méritos de los perros y sus propietarios se discuten en Facebook, en foros privados especializados y, entre los involucrados, en las aplicaciones de mensajería.
A veces se comunican en abierto, utilizando una terminología que el lector promedio podría no entender.
Un perro puede aparecer descrito como un Gran Campeón (Gr Ch), un cinco veces ganador o un campeón (Ch) con tres victorias.
Y no hablan, precisamente, de competiciones legales para perros.
Mark Randell, ex detective de la policía, dirige Hidden-In-Sight, una agencia de investigaciones privadas especializada en delitos contra los animales.
Él fue quien dirigió la investigación de LACS hasta el 2017.
"El símbolo 'Ch' se usa en los círculos de los clubes caninos, pero en un contexto diferente", explica. "Aquí el símbolo 'Ch' al lado de un perro grande y musculoso con una cadena y lesiones faciales siempre se refiere a peleas de perros".
Randell identificó a unos 70 británicos relacionados con las peleas de perros.
Pero los investigadores de LACS habían trabajado de manera encubierta para reunir las pruebas.
Así que publicarlas hubiera sin embargo puesto al descubierto sus indagaciones, por lo que en el 2017 comenzamos nuestra propia investigación sobre las peleas de perros a nivel internacional.
Y elegimos a un objetivo prometedor.
- Red europea -
Ivaylo Nikolov tiene 37 años, es inteligente y sociable y habla inglés. Es originario de la ciudad búlgara de Ruse, sobre el Danubio, en el norte del país.
Ivo, como es conocido, está relacionado con una compañía que compra, vende y transporta perros por todo el mundo.
Los Balcanes se convirtieron en el centro del negocio de las peleas de perros en Europa.
A Ivo le gustaba documentar su trabajo en Facebook, y LACS reunió publicaciones que sugieren que viajó a unos 29 países, incluido el Reino Unido, con sus perros.
Y en los mensajes, las actualizaciones de su estado y los registros encontraron pistas interesantes.
Una de las imágenes que encontraron sugiere que los animales que transporta no son precisamente mascotas. En ella, se intuye que un perro había destrozado los barrotes de la jaula en la que viajaba.
En otras ocasiones tuvo deslices y usó terminología de peleas de perros.
Había que averiguar más sobre él.
- La carnada -
Le pedimos a Sylvia (nombre ficticio), una investigadora italiana por el bienestar animal, que empezase a mandar mensajes de WhatsApp a Ivo.
Sylvia le dijo que tenía parientes interesados en comprar un determinado tipo de perro.
Uno de esos parientes era Nik. Más viejo y con una barba impresionante, estaría a la altura.
Nik provenía de una zona rural del norte de Italia y no hablaba inglés. Sylvia haría de traductora.
Ninguno era experto en perros de combate, pero un ex oficial de policía con décadas de experiencia en este tema que también trabajaba para la BBC les aconsejó sobre la terminología que debían usar.
Sylvia le mandó a Ivo una foto de una falsa nota manuscrita con una lista de los perros que les interesaban. Al final de la misma, también había una lista de la compra, como si les hubiera acabado el papel.
La lista de los perros incluía algunos para la caza, pero también pitbulls, la raza preferida para las peleas de perros.
Los American Pitbull Terrier están prohibidos bajo la controvertida Ley de Perros Peligrosos de Gran Bretaña.
- 'Un perro muy bueno' -
Ivo cayó en la trampa. El trato siguió adelante. A medida que pasaban las semanas, nos olvidamos de los perros de caza.
Finalmente, Ivo les ofreció a Sylvia y Nik un "perro muy bueno".
"Confiable y listo para el encuentro", escribió en un mensaje. Nik aseguró que "apostaría mucho dinero por él".
El precio sería de unos 3.400 dólares más costos. El perro lo entregaría el contacto de Ivo, una perrera en Moldavia que está a un día en coche desde Bulgaria.
Llegados a este punto, ya habíamos aprendido mucho sobre Ivo y sus perros. El vendedor internacional no había dudado a la hora de demostrar sus credenciales.
Sus mensajes de WhatsApp pusieron al día a Sylvia y Nik sobre el mundo de las peleas de perros.
Les mandó un video de un "encuentro", en el que aparentemente se veía a los perros que había mencionado en los mensajes peleando en un lugar no revelado de Europa del Este.
Sylvia recibió el informe del encuentro. "Victoria en una hora y 17 minutos", decía uno de los mensajes.
Las peleas a veces se alargan hasta las dos horas.
"Por favor, guarde el video con extrema privacidad", pidió Ivo.
Dos semanas después estuvo ocupado planeando un viaje al Caribe, donde esperaba ver siete peleas de perros.
Pero finalmente mandó un video de lucha en el que aparecía un perro que estaba vendiendo.
El video es difícil de mirar.
Al final los dos perros están cubiertos de sangre. Los hombres que los rodean sostienen unos palos que utilizan para separar a los animales. También ellos tienen las manos llenas de sangre.
La confrontación era lo que se conoce como un "roll": un combate informal que a veces sirve para demostrar la disposición de un perro para pelear.
- "Amor de verdad" -
Ivo se ofreció a llevar a nuestros investigadores encubiertos a una de estas pruebas.
"Nos divertiremos", aseguró.
Parecía tener un amor genuino por los perros, pero también por las peleas. A estas alturas, creía que nuestros investigadores compartían sus sentimientos.
Ivo dijo: "Siempre es una gran alegría encontrarme con gente con un deseo tan grande como este, y no estoy hablando de ventas, dinero ni cosas así. Solo hablo del amor de verdad por el juego".
Sin embargo, el dinero sí importaba. Ivo estaba tan impresionado con el perro que vendía que quería apostar por él "cuando esté listo para jugar".
Lo que no teníamos era la dirección de su casa, y tampoco la de las perreras a las que estaba conectado.
Había tenido cuidado de no revelar esta información clave.
Así que comenzamos a planear organizar una reunión. Todo lo que había sugerido era ilegal en Bulgaria.
Mientras tanto, la información de LACS nos llevó a valiosas fuentes sobre combates de perros online.
Encontramos sitios web especializados donde los propietarios registran los pedigríes de sus perros y, a veces, los resultados de sus peleas.
No usan sus identidades reales, sino que se esconden detrás de apodos o de los nombres de sus perreras.
- El vínculo con Gales -
En el 2014 alguien que usaba el nombre The Gameyard publicó una foto de un pitbull llamado Iceboy.
¿Quién era Iceboy, y, lo más importante, quién era The Gameyard?
La pista estaba en el fondo de la imagen, que identificamos por las formas de las colinas y los edificios cercanos: era Merthyr Tydfil, en el sur de Gales, en el Reino Unido.
De hecho, logramos identificar la ubicación exacta en la que se tomó la fotografía: un campo de hierba cercano a la casa de Kerry Evans, involucrado en peleas de perros.
En el 2014 fue declarado culpable de mantener o entrenar a Pit Bull Terriers, pero en ese momento no fue sentenciado a prisión.
Las peleas de perros en el Reino Unido son un crimen que conlleva sentencias de seis meses, dictadas por un magistrado y no por un tribunal de primera instancia.
Los activistas insisten en que eso tiene que cambiar.
Decidimos controlar más de cerca a Evans, o más bien a sus perros, por lo que comenzamos a examinar la "estirpe" del animal.
La estirpe es un concepto crucial en las peleas de perros. Los perros que se desempeñan bien en las peleas son muy valorados.
A los que se muestran reacios a pelear se los aparta.
Un perro de lucha pasa sus habilidades a su descendencia. Y las estirpes de los mejores perros son muy valoradas.
Algunos se vuelven legendarios.
Uno, llamado Chinaman, era conocido por seguir peleando a pesar de estar gravemente herido. Su estirpe y su nombre se transmitieron a innumerables animales de todo el mundo.
En los sitios web de pedigrí, el padre de Iceboy figuraba como "Aspen", un perro criado por "Tomy Kennels".
¿Y quién es Tomy Kennels?
Volvamos a nuestro distribuidor búlgaro, Ivaylo Nikolov, o, según su perfil de Facebook, Ivaylo Tomy Flyman Nikolov.
Tomy Kennels está directamente vinculado a Ivo.
Tenemos pruebas de que Ivo proporcionó perros a Kerry Evans en el Reino Unido, posiblemente para criar.
Una publicación en Facebook mostraba que a uno de sus perros, llamado Aspen y catalogado como campeón, lo llevaron al Reino Unido en el 2016. Puede que se lo utilizaran para criar a varios perros de combate británicos.
Hasta el momento, nuestros investigadores encubiertos, Sylvia y Nik, estaban progresando mucho.
Habían acordado reunirse con Ivo en Bucarest, un punto intermedio desde su casa en Bulgaria hasta las perreras en Moldavia, donde recogerían al perro de pelea que habíamos pedido.
La BBC no estaba dispuesta a poner 3.400 dólares en el bolsillo de alguien involucrado en peleas de perros, por lo que había que gestionar el encuentro, en un restaurante de hamburguesas, con cuidado.
Capturado por nuestras cámaras ocultas, Ivo llegó. Los detalles finales del acuerdo se acordaron cara a cara.
- Los papeles moldavos -
El criador de perros moldavo de Ivo les estaba dando lo mejor de la camada, explicó.
"Tiene a los mejores. O va a los encuentros o me llama y me dice: 'Estos son los dos o tres mejores. Si tienes un buen cliente, puedo vender, nada más'", aseguró Ivo.
Sylvia preguntó cómo haríamos pasar al perro por los controles de aduanas. Transportar a un perro para utilizarlo en peleas es ilegal.
Ivo dijo que su contacto en Moldavia "en realidad es veterinario público en su región" y puede emitir "cualquier documento que queramos".
Pero afirmó: "Cuando viajas con papeles moldavos tienes que pasar muchos controles, así que hice documentos búlgaros, y también análisis de sangre y certificados de exportación".
A menudo cambian la raza exacta de los perros para que se más difícil para los funcionarios de aduanas detectar si incumplen leyes como la Ley de Perros Peligrosos de Gran Bretaña.
Los microchips para perros también los puede insertar cualquier persona que tenga el dispositivo adecuado.
- La hora de la verdad -
Al salir del restaurante, llegó la hora de enfrentarse a Ivaylo Nikolov.
Aparentemente aturdido al ser expuesto, se negó a hacer ningún comentario.
"No te conozco, no quiero hablar contigo", dijo.
Perseguido por un equipo de cámaras de la BBC, intentó escapar. Pasó de largo de su auto, que estaba estacionado cerca, quizás para evitar que las cámaras captasen la matrícula.
En realidad, ya habíamos identificado la matrícula, que aparecía brevemente en un video que él había enviado previamente a nuestros investigadores encubiertos.
Nikolov se negó a responder a cualquiera de nuestras preguntas. Pero, un par de días después, la cuenta de Facebook que según lo que les había dicho a nuestros investigadores era crucial para lo que hacía, estaba cerrada. Los enlaces de YouTube que había enviado también desaparecieron.
No respondió a nuestros intentos adicionales de contactarlo.
- Un amor "obsesivo" -
Las peleas de perros son ilegales en la mayoría de los países desarrollados del mundo.
En el Reino Unido la ley prohíbe no solo hacer pelear a perros sino también tener perros de pelea, entrenarlos para pelear, intercambiar animales e incluso filmar peleas sin una buena razón.
Mike Butcher, de la RSPCA, una de las organizaciones por el bienestar animal más importantes en el Reino Unido, Mike Butcher, está fascinado por los delincuentes relacionados con peleas de perros que conoció en las redadas con la policía.
Tienen "un amor obsesivo" por los perros, asegura.
"En algunas casas les decíamos que nos llevábamos el dinero, las drogas, el arma. Y te dicen: 'Sí, pero no a mi perro'. Los he visto atacar a cuatro o cinco policías, o romper a llorar", explica Butcher.
Sin embargo, las peleas de perros organizadas inevitablemente resultan en muertes de animales y heridas graves.
El árbitro generalmente no tiene poder para detener la pelea. Solo una fatalidad o un dueño que retire a su perro ponen fin a la crueldad.
En LACS creen que las peleas de perros no se están tratando adecuadamente.
Luchan por un registro nacional de propietarios a los que se les ha prohibido tener perros, por una revisión de la Ley de Perros Peligrosos y por sentencias más severas.
Su investigación suscita inquietudes no solo sobre las peleas organizadas de alto nivel sino también sobre el uso de perros por parte de las pandillas callejeras.
Los propietarios de perros de pelea también tienen más probabilidades de estar involucrados en otro tipo de delitos graves.
Además, hay grupos de "aspirantes" a tener perros de pelea que están obsesionados con la cultura de los perros "fuertes".
Se trata de perros que puede que no participen en los partidos pero que están entrenados para ser agresivos, con lo que aumenta el riesgo de lesionar a otros animales y personas.
Durante nuestra investigación obtuvimos imágenes de perros a los que pateaban o levantaban por la mandíbula para fortalecer su mordedura.
Un escalofriante video sobre un caso de peleas de perros en Irlanda del Norte mostraba a hombres haciendo bajar a un gato de un árbol para que el perro que había en el suelo pudiera destrozarlo.
Las investigaciones adicionales de la organización proporcionaron una lista más amplia de posibles sospechosos.
Se inició una investigación sobre la crueldad contra los animales.
En cuanto a Ivo, después de exponerlo desactivó sus perfiles en las redes sociales y, lamentablemente, el perro que nos ofreció sigue en el mundo de las peleas.