El presidente de Rusia Vladimir Putin. (EFE/EPA/ALEXEI NIKOLSKY/SPUTNIK/KREMLIN).
El presidente de Rusia Vladimir Putin. (EFE/EPA/ALEXEI NIKOLSKY/SPUTNIK/KREMLIN).
El País de España

El poder de , su pasado y, por supuesto, la invasión de que ha emprendido, han sido analizados y comentados al detalle. ¿Qué más se puede decir del presidente ruso sin repetirse? Pues bien, el periodista gráfico Darryl Cunningham ha encontrado 200.000 millones de razones para aportar su visión al debate. Tantos motivos como dólares componen el tesoro acumulado por el mandatario, según las estimaciones citadas en el cómic La Rusia de Putin (Astiberri). “Lo cual le haría más rico que los cuatro hombres oficialmente más ricos del mundo: Jeff Bezos, Elon Musk, Bernard Arnault y Bill Gates”, se agrega en el tebeo.

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En otra viñeta, una fuente considera directamente “estéril” calcular su desmesurado patrimonio. Sea cual sea, la enorme cantidad de dinero sirve para entender una parte de lo sucedido en Rusia bajo el mandato de Putin. Porque muchos le llaman tirano. Pero la investigación dibujada de Cunningham añade otra palabra clave al retrato: multimillonario.

Precisamente así tituló el reportero británico su anterior obra, editada en 2020 por Panini. Y durante la promoción de aquel trabajo, mientras alertaba sobre el peligro que representan Bezos o Rupert Murdoch, un día bromeó con que su siguiente obra se centraría en Putin. Dicho y hecho. “No estoy en contra de la gente rica, pero creo que hay un nivel por encima del cual es dañino para una sociedad. Acumulan un poder enorme debido a su dinero. Pueden dictar cuál es la conversación, adquirir The Washington Post o Twitter. Si estás en una posición en la que desde la ventana de tu rascacielos puedes comprar todo lo que ves, muchas de las leyes no se te aplican, porque las multas tienen un precio que no te afecta. Muchos de ellos tienen un complejo de ser dios y de pérdida de contacto con la realidad”, asegura Cunningham en una videollamada.

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Hay, eso sí, matices. En Multimillonarios, el periodista narraba la aversión del dueño de Amazon a los sindicatos, o las manipulaciones del magnate de Fox News. Pero los fajos de dinero dibujados en la Rusia de Putin no son sombríos, sino que están manchados de sangre. “El cómic te permite mandar toneladas de información de forma muy rápida a la mente de los lectores. Busqué ser conciso, pero sin omitir nada. No quiero que la gente luche con el libro, sino que se encuentre metida en él sin darse cuenta”, plantea el autor. Quien sepa poco o nada del presidente ruso encontrará un viaje a través de servicios secretos, asesinatos políticos, atentados terroristas de dudoso origen o feroces represiones. Pero incluso los conocedores de esta historia hallarán motivos de interés en el cómic: he aquí el periplo entero de Putin, de joven delgaducho y vengativo a némesis de media humanidad, resumido en 156 páginas. Y con el dinero constantemente bajo la lupa.

Detalle de una viñeta de 'La Rusia de Putin', de Darryl Cunningham, editado por Astiberri.
Detalle de una viñeta de 'La Rusia de Putin', de Darryl Cunningham, editado por Astiberri.

“Cuando miras su carrera, misteriosamente parece estar siempre en la posición correcta, en el momento adecuado, y con el trabajo justo. Obviamente el apoyo de la red del KGB tiene que ver”, reflexiona Cunningham. Otras respuestas aparecen en el cómic: su tempranero fichaje como espía, su labor en los noventa al lado del discutido alcalde de San Petesrburgo, Anatoli Sobchak, el ascenso hasta la presidencia gracias al apoyo del entonces mandatario, Boris Yeltsin. El autor añadió en marzo de 2022 una breve introducción, para incluir la invasión de Ucrania en el libro, publicado en septiembre de 2021. Pero él sostiene que, visto en perspectiva, el camino de Putin iba inevitablemente directo hacia la guerra: “Los líderes occidentales fueron muy ingenuos. Han analizado las acciones de Putin desde el punto de vista de un hombre de Estado, como si las hubieran realizado ellos. Pero su actitud ha sido la de un gánster. Ve la diplomacia como una debilidad, las normas generales de la política no significan nada para él. Y una de las razones por las que puede permitírselo es la colosal cantidad de dinero con la que nuestros países inundan a Rusia”.

El cómic apunta al distrito financiero de Londres como una enorme lavadora de dinero sucio procedente del entorno de Putin. Y cuestiona, más en general, el silencio cómplice de cualquier lector: “No debería ser considerado como un líder internacional respetable, sino un capo asesino de la mafia KGB con un escuadrón de asesinos y un laboratorio de armas químicas a su disposición”. “Con la invasión de Ucrania se le ha caído la máscara”, añade el periodista.

El tebeo repasa los episodios más turbios protagonizados por el presidente ruso. Como los atentados de septiembre de 1999 en Moscú, Buinaksk y Volgodonsk, donde murieron 300 personas, que Putin aprovechó para bombardear Chechenia como represalia y apuntalar el comienzo de su presidencia. Y donde algunos opositores vieron la implicación del FSB, una de las agencias sucesoras del KGB. También las trágicas irrupciones de la policía en los secuestros del Teatro Dubrovka de Moscú o de la escuela de Beslán, que terminaron con decenas de muertes entre los rehenes. Aparecen los disparos que acabaron con Anna Politkóvskaya, la periodista más conocida e incómoda para la presidencia de Putin. O la desaparición, en la cárcel o para siempre, de opositores como el magnate Mikaíl Jodorkovski, el espía Aleksandr Litvikenko o el político Borís Nemtsov. Las viñetas retratan asimismo los estrechos vínculos de Putin con el expresidente de EE UU Donald Trump. Preguntado por el uso de muchas fuentes estadounidenses, que la propaganda rusa tacharía de tendenciosas, el periodista responde: “Cito a otras tantas de dentro de Rusia, de gente que trabajó con él”.

“Putin ha dado razones de sobra para tomárselo muy en serio. Es evidente que es una persona muy peligrosa. Pero la gente no quería creerlo. Siempre se piensa: no haría eso nunca. Y siempre lo hace”, insiste Cunningham. Para él, Ucrania es el ejemplo más reciente. Puede que también el último. Pero eso, según el cómic, depende de todos.

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