El estado de emergencia anunciado el miércoles por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, otorga mayores poderes al ejecutivo, que podrá adoptar decretos con "fuerza de ley", según la Constitución.
El jefe de Estado rechaza cualquier atentado contra las libertades fundamentales y los temores de la comunidad internacional por la instauración del estado de emergencia, al recordar que Francia lo prolongó durante seis meses tras el atentado de Niza del 14 de julio.
"Seguiremos siendo un sistema democrático parlamentario, nunca daremos marcha atrás en ello", aseguró Erdogan el miércoles de noche en una entrevista a la cadena Al Jazeera.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) advirtió que el estado de emergencia en Turquía "no podía legitimar medidas desproporcionadas como, entre otras, la reciente prohibición de viajar (al extranjero) por motivos de trabajo para los profesores universitarios". A continuación, cinco claves sobre la polémica medida:
— ¿Cómo se decreta el estado de emergencia? —
El Consejo de ministros, bajo la presidencia del jefe de Estado de Turquía, adopta el estado de emergencia, en caso de "indicaciones graves sobre actos generalizados de violencia, que tengan como objetivo la destrucción del orden democrático" en todo o en una parte del territorio.
Tras su publicación en el Diario Oficial, el Parlamento de Turquía valida el estado de emergencia, lo que representa una simple formalidad, ya que todos los partidos de la oposición han mostrado su apoyo al presidente Erdogan tras el intento de golpe de Estado militar del 15 de julio.
— ¿Cuánto tiempo puede durar? —
El artículo 120 de la Constitución de Turquía prevé que el estado de emergencia no dure más de seis meses. El Parlamento tiene el poder de prolongarlo durante un período de cuatro meses renovables o de levantarlo. El miércoles por la noche, Erdogan anunció su instauración por un período de tres meses.
Pero, el jueves, el viceprimer ministro Numan Kurtulmus dijo que el gobierno deseaba levantar "el estado de emergencia lo más rápido posible". "Si las condiciones vuelven a la normalidad, pensamos que durará un mes o un mes y medio como mucho", aseguró este responsable, para quien no es necesaria "una prolongación adicional".
— ¿Qué medidas concretas están previstas? —
La Constitución de Turquía no detalla las medidas concretas. Su artículo 15 dispone que, en varias circunstancias como en un estado de emergencia, "el ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertadas puede suspenderse parcial o totalmente", "siempre y cuando las obligaciones en términos de leyes internacionales no se violen".
Durante este periodo de estado de emergencia, el Consejo de ministros, presidido por el presidente de Turquía, puede "emitir decretos con fuerza de ley", que se publicarán en el Diario Oficial y se someterán el mismo día a los parlamentarios.
Según los analistas, las medidas pueden limitar la libertad de manifestación y de libre circulación, así como conducir a un control de los medios de comunicación.
Kurtulmus descartó "por completo" la instauración de toques de queda. "No es una imposición de la ley marcial", aseguró.
Para evitar eventuales condenas por parte de la Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH), Turquía anunció que suspendería esta convención durante la vigencia del estado de emergencia, "al igual que lo hizo Francia" tras los atentados de noviembre de 2015.
— El pueblo sigue en las calles —
El presidente Erdogan llamó el jueves a su "querido pueblo" a que continuara movilizándose en favor de la democracia, tras el golpe de Estado fallido.
A pesar de las restricciones al derecho de manifestación previstas por el estado de emergencia, numerosos turcos recibieron un mensaje de texto firmado "RTErdogan" en el que se instaba a sus simpatizantes a seguir saliendo a las calles para resistir a los "traidores terroristas".
Así se refería a los seguidores de un predicador exiliado en Estados Unidos, Fethullah Gülen, acusados de haberse infiltrado en las instituciones del estado y de haber fomentado el golpe, que dejó unos 300 muertos.
Turquía solicita a la justicia estadounidense que extradite al septuagenario, afirmando que transmitió pruebas de su implicación, aunque estas no se han hecho públicas de momento.
— La purga no se detiene —
Mientras tanto, la purga de la administración continúa. Unos 55.000 turcos, incluyendo militares, jueces, profesores, fueron detenidos, suspendidos o despedidos.
El jueves, según la agencia Anadolu, 109 generales o almirantes continuaban detenidos, entre estos, el ex jefe del ejército del aire, Akin Oztürk, sospechoso de ser uno de los organizadores del golpe fallido en Turquía, e incluso el edecán de Erdogan, Ali Yazici.
Además, una treintena de magistrados seguían detenidos y el ministerio de Defensa de Turquía suspendió de sus funciones a 262 jueces y fiscales militares.
La amplitud de esta purga ha suscitado preocupación en el extranjero y Alemania instó a Turquía a respetar "la justa medida de las cosas".
"Solo la implicación en actos penalmente reprensibles puede ser objeto de medidas de Estado, no la supuesta opinión política", advirtió el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.
Una reacción que no teme el presidente Erdogan, convencido de que "otros países podrían estar implicados" en la intentona golpista. El presidente de Turquía asegura que seguirá "luchando para eliminar esos virus de las fuerzas armadas" sin comprometer "las normas democráticas".
►Erdogan decreta tres meses de estado de emergencia en Turquía
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Fuente: AFP