La oposición venezolana marchó el miércoles en Caracas y otras ciudades para reclamar que se acelere el proceso de referendo contra el presidente Nicolás Maduro. Las autoridades prohibieron las movilizaciones opositoras porque alegan que buscan generar violencia en un país agobiado por una severa crisis económica.
Centenares de policías, algunos con equipos antimotines, tomaron los alrededores de la céntrica Plaza Venezuela para resguardar la zona y bloquear el paso de los adversarios al gobierno. Algunas estaciones del metro, cercanas al punto de la concentración, fueron cerradas.
Ante el bloqueo de los accesos al lugar varios cientos de manifestantes, algunos portando banderas venezolanas, se desviaron a otras vías cercanas.
Varios cientos intentaron avanzar por una de las vías pero fueron contenidos por policías que lanzaron bombas lacrimógenas. Los manifestantes, sin embargo, permanecen en una de las principales avenidas de la cuidad.
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El dirigente opositor y excandidato presidencial Henrique Capriles ratificó la marcha pese a la negativa de las autoridades.
Capriles reiteró las críticas contra el decreto de estado de excepción y emergencia económica de Maduro que fue rechazado la víspera por la mayoría opositora en la Asamblea Nacional y dijo a la emisora Radio Caracas que todos los actos y compromisos que haga el mandatario en base a ese decreto, que consideró "inconstitucional", serán "nulos".
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Los sectores adversos al gobierno tienen previsto marchar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral donde esperan entregar un documento a las autoridades para solicitar que aceleren la validación de 1,8 millón de firmas que recolectaron en abril a favor del referendo.
La oposición también intentó a mediados de la semana pasada movilizarse hasta el Consejo Nacional Electoral, en el centro de la ciudad, pero cientos de guardias nacionales y policías impidieron el avance de la marcha.
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Maduro dijo la víspera que si sus adversarios quieren marchar deben hacerlo en el este de la capital, donde gobiernan los alcaldes opositores. El mandatario afirmó, sin presentar pruebas, que existen planes para convertir las marchas opositoras en "eventos insurreccionales".
"Con el chantaje de la violencia no habrá referendo", indicó el gobernante al expresar su rechazo a las acciones de la oposición, que apuesta a realizar la consulta este año para sacar del gobierno a Maduro, cuya popularidad se ha visto golpeada por la crisis.
El oficialismo descartó que el referendo pueda realizarse este año y a pesar de que no se ha realizado una auditoría de las 1,8 millón de firmas, sostiene que en ese proceso se cometieron irregularidades.
En medio de los enfrentamientos entre el gobierno y la Asamblea Nacional Maduro afirmó el martes que el Legislativo "perdió vigencia política, es cuestión de tiempo para que desaparezca".
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Las tensiones políticas crecen mientras los venezolanos enfrentan una desbordada inflación, que se estima podría alcanzar este año 720%, severa escasez de alimentos, medicinas y productos básicos y una recesión económica que tiende a complicarse por la caída del precio del petróleo, que representa la principal fuente de ingresos por exportaciones del país.
Fuente: AP