Mientras la lucha se intensifica en el corazón de Iraq entre el ejército nacional y los militantes del Ejército Islámico de Iraq y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés), miles de civiles están dejando sus hogares para encontrar un lugar seguro donde vivir.
En las afueras de la ciudad de Irbil, capital de la región kurda en el norte del país, los refugios se han expandido para recibir a iraquíes desplazados de distintas zonas afectadas por el conflicto.
Según Naciones Unidas, la situación por la que atraviesan allí unos 400.000 niños es "bastante seria".
Uno de ellos, en uno de los campamentos de Irbil, arrastra un cartón sobre la arena, para tal vez usarlo de cama, y más atrás se puede ver el movimiento de colchones, ropa, alimentos, utensilios de cocina que son trasladados bajo un sol calcinante.
"Llevo tres días en este campo y no he sabido nada de lo que ocurre. Solo quiero volver a mi casa, porque no tengo nada que ver con los militantes", le dice Nardal, una refugiada iraquí, al corresponsal de la BBC en Iraq Rami Ruhayem.
PRECIOS MÁS BARATOS
Sin embargo, la mayoría de los refugiados en este campo afirman que, en las ciudades bajo el mando de ISIS, han mejorado algunas cosas.
"Mosul (la segunda ciudad del país) está mucho mejor después de que la tomaron los militantes de ISIS", dijo Bashir, otros de los refugiados en el campo de Irbil.
"Los precios del petróleo, del tomate, de las cosas en general se han puesto más baratas en Mosul desde que fue tomada. Lo único a lo que tememos ahora es al ejército iraquí", añadió.
Las afirmaciones dentro del campo de refugiados se unen a informaciones que han llegado desde Mosul, que indican que hasta ahora no se ha registrado ningún ataque contra civiles o miembros de otra religión por parte de los milicianos de ISIS.
"El obispo de Mosul me dijo que no tiene ningún conocimiento de choques de violencia contra los cristianos que residen aquí. De hecho, muchos de ellos han regresado a sus hogares con total normalidad", relató Ruhayem.
TEL AFAR
Sin embargo, Human Rights Watch difundió un informe este miércoles en el que menciona una serie de ataques por parte de combatientes de ISIS contra civiles en las ciudades que han tomado en las últimas semanas y el organismo de derechos humanos da una señal de alerta porque considera que pueden producirse más.
En el campamento, los colchones vestidos con sábanas de colores van de un lado al otro sobre las cabezas de las mujeres. Algunos de sus habitantes, que no quieren hablar con la prensa, se esconden en las carpas armadas por la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.
Y no todos vienen a este campo desde Mosul. Un hombre que logró escapar de Tal Afar, un poblado vecino tomado por ISIS hace algunos días, le relató a la BBC su experiencia.
"Nos tocó huir cuando bombardearon la ciudad. Hicieron explotar todo. Por ejemplo, cuando destruyeron el hospital nos tocó buscar refugio fuera de allí porque no había un lugar donde quedarse", dijo.
Ahora, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y otras organizaciones no gubernamentales, debe darse prioridad a la grave situación de desabastecimiento de alimentos que se está viviendo en el norte del territorio iraquí.