Milagros Asto Sánchez

En un suburbio de Maputo, la capital de Mozambique, hay una pequeña iglesia de San Martín de Porres que es imposible de ignorar. Construida en la zona balnearia de Bilene, tiene las paredes color rosa y goza de una nutrida concurrencia. Su sola existencia fue suficiente para sorprender al peruano César Guedes, quien, poco después de haber llegado por primera vez al país africano, sintió la necesidad de conocer aquel lugar.