El hotel se convirtió en una prisión de lujo el 4 de noviembre, cuando el príncipe Mohammed bin Salman encerró allí a unos 200 miembros de la élite de Arabia Saudita, incluidos príncipes, ministros y millonarios tras acusarles de corruptos.
Los prisioneros del Ritz-Carlton disfurtan de todo tipo de lujos —hay hasta una bolera—… excepto de la libertad.
La mayoría de los presos están dispuestos a acordar la devolución de cantidades substanciales de dinero para poder salir.
Según la periodista de la BBC Lyse Doucet, el príncipe Mohammed bin Salman espera que los prisioneros puedan salir a finales de este año.
Contenido sugerido
Contenido GEC