Ankara. Turquía ha empezado a probar el poderoso sistema de defensa antiaérea ruso S-400, pese a los reiterados llamados de Estados Unidos y la de OTAN para que no los active.
El domingo, la gobernación de Ankara declaró en un comunicado que aviones militares, incluyendo los F-16 estadounidenses propiedad de Turquía, sobrevolarían la capital el lunes y el martes “a baja y alta altitud” como parte de unas “pruebas de un proyecto de sistema de defensa antiaérea”.
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Pero el diario “Milliyet”, afín al Gobierno Turco, indicó el lunes que esos vuelos buscan en realidad probar los radares de baterías S-400.
La compra de este sistema de defensa ruso ha generado tensiones entre Turquía y Estados Unidos, y la cuestión se trató en una reunión que mantuvieron en Washington los presidentes Recep Tayyip Erdogan y Donald Trump a mediados de noviembre.
¿Cómo es el sistema de defensa S-400?
Según los analistas, esta versión mejorada del sistema S-300, creada por Almaz Antey, es superior al sistema THAAD de Estados Unidos, que se usa para derribar misiles de corto, medio y alcance intermedio en su fase terminal.
Sin embargo, el S-400 tiene un costo por unidad de US$500 millones, precio que es seis veces menor al THAAD.
El S-400 se desarrolló desde 1990 pero entró en servicio en el 2007.
Cuenta con 4 radares de vigilancia y rastreo “Big Bird” de un alcance de 600 kilómetros, así como 4 radares de control de tiro denominado “Grave Stone”, que controla hasta 12 misiles contra 6 objetivos en un radio de 400 kilómetros.
Además, posee 16 lanzadores de misil “TEL” que despliega 4 tubos de lanzamiento en solo 5 minutos.
Puede identificar hasta 300 objetivos e interceptar hasta 36 objetivos de manera simultánea.
Los S-400 pueden armarse con cuatro misiles de largo alcance y 16 de mediano y corto alcance. Los primeros pueden alcanzar bombarderos estratégicos y misiles balísticos, los segundos misiles balísticos de velocidad Mach 8, y los terceros aviones de ataque.
Este sistema ha sido vendido por Rusia a China entre 4 y 6 batallones por US$3.000 millones, a India 5 batallones US$5.200 millones y ahora a Turquía 4 batallones por más de US$2.000 millones.
Washington considera que los S-400 no son compatibles con los dispositivos de la OTAN, de la que Turquía forma parte.
Además, Estados Unidos afirma que la compra de este sistema pone en peligro los secretos tecnológicos del F-35, un avión caza estadounidense.
Turquía encargó a Estados Unidos más de 100 de estos aparatos y su industria de defensa invirtió importantes sumas en el programa, pero Washington decidió excluir a Ankara del mismo después de que los primeros S-400 empezar a llegar a suelo turco.
Turquía podría ser objeto de sanciones por la compra del material ruso pero, en octubre, un responsable estadounidense afirmó que Ankara podría librarse de las mismas si decidía no activar los S-400.
Aún así, en las últimas semanas, los dirigentes turcos expresaron su determinación de utilizar los sistemas rusos.