Los gobernantes talibanes de Afganistán ordenaron a todas las oenegés nacionales e internacionales que impidan a sus empleadas trabajar, después de las “graves quejas” sobre el incumplimiento del código vestimentario adecuado, informó el sábado a AFP el ministerio de economía.
“Ha habido graves quejas sobre el incumplimiento del uso del hiyab islámico y otras normas y reglamentos relacionados con el trabajo de las mujeres en organizaciones nacionales e internacionales”, dice una notificación enviada a todas las oenegés.
Un portavoz del ministerio confirmó que el Ministerio de economía envió la orden a las ONG.
“En caso de incumplimiento de la directiva (...) se cancelará la licencia de la organización que fue expedida por este ministerio”, especifica la notificación.
El anuncio se produce solo cuatro días después de que el gobierno talibán decidió prohibir indefinidamente a las mujeres afganas asistir a universidades públicas y privadas del país.
El ministro de Educación superior, Neda Mohammad Nadeem, explicó en una entrevista televisiva que tomó esta decisión porque las “estudiantes que iban a la universidad (...) no respetaron las instrucciones sobre el hiyab”.
“El hiyab es obligatorio en el islam”, insistió, refiriéndose a que las mujeres en Afganistán deben cubrirse la cara y todo el cuerpo.
A pesar de sus promesas de ser más flexibles, los talibanes han vuelto a su rigurosa interpretación del islam, que marcó su primera etapa en el poder, entre 1996 y 2001.
Desde su regreso al poder en agosto de 2021, se han multiplicado las medidas en contra de las libertades, principalmente de las mujeres, quienes han sido excluidas progresivamente de la vida pública y de los centros educativos.
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