Hong Kong: la ciudad que apela a confinamientos sorpresivos para frenar el COVID-19

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La policía instaló un perímetro de seguridad en torno a 20 edificios en el barrio de Yau Ma Tei, al sur de Hong Kong.

La nueva estrategia de las autoridades consiste en confinar sin avisar y la jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, explicó que esta política de “confinamientos inesperados” es necesaria para evitar que la gente no huya antes de que lleguen las personas encargadas de los test.

“Agradezco a los habitantes del sector por su cooperación”, dijo el miércoles la responsable en su página en Facebook.

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Durante el confinamiento del martes, fueron sometidas a pruebas 330 personas y una de ellas dio positivo. Las autoridades advirtieron de que serán necesarios otros confinamientos de este tipo en los próximos días.

Hong Kong estuvo ya en alerta cuando se detectaron los primeros casos del nuevo coronavirus en China hace más de un año.

La ciudad, con grandes rascacielos, ha registrado oficialmente menos de 10.000 casos y unos 170 muertos desde el comienzo de la pandemia.

Los aproximadamente 7,5 millones de habitantes de Hong Kong viven desde hace un año bajo distintos grados de restricciones, que parecen haber dado resultado para impedir que se disparen los contagios.

En las últimas semanas, el territorio se ha visto afectado por una cuarta ola de infecciones y las autoridades han introducido nuevas restricciones.

En teoría Hong Kong es una de las ciudades más ricas del mundo, pero las desigualdades son flagrantes, pues sufre una penuria de viviendas y los alquileres son muy elevados. Muchos viven apiñados en espacios muy pequeños. Es en estos lugares, donde se hacinan muchas personas, donde han aparecido frecuentemente los casos positivos.

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El fracaso del confinamiento

Este fin de semana un confinamiento similar de dos días había fracasado porque se filtró en la prensa horas antes.

El país detectó 13 casos positivos de COVID durante este confinamiento exprés de 48 horas en el que se realizaron 7.000 pruebas de ácido nucleico a los residentes de dos populosos barrios de la ciudad, en la primera vez que el Gobierno recluye a sus residentes desde que empezó la pandemia.

La medida, que entró en vigor el sábado tras registrarse un rápido aumento de casos en la zona, comenzó a levantarse en la madrugada del domingo al lunes, tiempo durante el cual se realizaron 7.000 test que dieron como resultado 13 casos positivos . Los positivos y sus contactos cercanos fueron enviados a hospitales o a centros de observación médica.

El confinamiento exprés del fin de semana afectó a unos 10.000 residentes, muchos de ellos pobres y ancianos que viven en edificios antiguos de la urbe financiera.

Así, la Policía que acordonó las zonas afectadas comenzó a quitar las vallas que impedían la entrada o la salida a los barrios de Yau Ma Tei y Jordan.

El área que comprende 16 edificios en Yau Tsim Mong fue acordonada hasta que todos sus habitantes hayan sido sometidos a pruebas diagnósticas, dijeron las autoridades en un comunicado el sábado. No se les permitió a los residentes salir de sus hogares hasta que hayan recibido los resultados de sus pruebas con el fin de prevenir que contagien a otros.

Los exámenes efectuados a las aguas residuales en el área detectaron rastros más concentrados del virus que provoca la enfermedad COVID-19, lo que generó preocupación de que sistemas de plomería construidos deficientemente y una falta de ventilación en unidades subdivididas pudieran presentar una posible ruta para que el virus se extienda.

“Se requiere que las personas sujetas a pruebas obligatorias permanezcan en sus inmuebles hasta que todas las personas identificadas en el área hayan sido sometidas a pruebas y los resultados de las pruebas hayan sido comprobados en su mayoría”, dijo el gobierno en un comunicado.

Hong Kong había evitado los confinamientos durante la pandemia. La jefa de gobierno Carrie Lam afirmó en julio del año pasado que las autoridades tratarían de no tomar esas “medidas extremas” a menos que no tengan otra opción.

Tan solo pudieron acceder a la zona sanitarios y otros trabajadores considerados esenciales como cuidadores de ancianos.

Personal de prevención equipado con trajes de protección blanco vigilaron las entradas de los edificios para verificar si los residentes entrantes o salientes se han sometido a la prueba del coronavirus.

Las autoridades desplegaron unos 3.000 trabajadores de control y prevención epidémico para poner en marcha el confinamiento y aseguraron que proporcionarían alimentos y artículos de limpieza a los afectados.

No obstante, el confinamiento fue criticado por algunos residentes locales, que se quejaron de que las entregas de comida no eran adecuadas.

La secretaria de Sanidad, Sophia Chan, afirmó que “el cierre ha sido efectivo” para frenar el avance del COVID-19 en la zona y que el Gobierno podría imponer confinamientos similares en otros distritos.

Hong Kong -inmersa en una cuarta oleada de contagios desde hace meses- sumó 64 contagios, con lo que el total de infectados ascendió a 10.222 personas desde el inicio de la pandemia, de los que 173 perecieron.

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