El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte exhortó el domingo a otros países a que abandonen la Corte Penal Internacional -donde él enfrenta una posible acusación por la muerte de miles de personas en su campaña antidrogas- al afirmar que esa entidad es “irrespetuosa”.
Aunque el Senado de Filipinas ratificó el Estatuto de Roma que estableció la CPI, Duterte dijo en un discurso que ese tratado no tiene validez en el país porque no fue publicado en la gaceta oficial como lo requiere la ley.
Por lo tanto, ese tribunal “ni en un millón de años” tiene jurisdicción sobre él, dijo el mandatario.
El mes pasado, una fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, anunció que revisaba la denuncia de un abogado filipino de que se han cometido ejecuciones extrajudiciales en la campaña antidrogas de Duterte, lo que podría constituir crímenes contra la humanidad.
La medida enfureció a Duterte, quien anunció el miércoles que Filipinas se salía de los Estatutos de Roma “con efecto inmediato” debido a “una campaña concertada” por Bensouda y expertos de derechos humanos de la ONU “para retratarme como un despiadado violador de derechos humanos”.
“Como ustedes saben, si no se publicó, no hay ley”, dijo Duterte el domingo en un discurso durante la ceremonia anual de graduación de cadetes en la Academia Militar Filipina, en Ciudad Baguio, en el norte.
No había razón para retirar al país de “algo que no existe”, declaró Duterte, y dijo que anunció el retiro del tratado de la CPI para llamar la atención del mundo a la controversia que tiene con la corte internacional.
“Convenceré a todos los suscritos al tratado de la CPI: ‘sálganse, sálganse, ese organismo es irrespetuoso”, afirmó el mandatario, al que caracteriza la impetuosidad.
Grupos defensores de los derechos humanos censuraron la postura de Duterte y afirmaron que el presidente intenta evadir la rendición de cuentas retirando al país de la CPI.
Fuente: AP