Nayaf [AFP]. Las tensiones entre manifestantes antigobierno y partidarios del líder Moqtada Sadr, que ha fracturado la protesta en Irak al apoyar al primer ministro designado mientras la otra mitad le rechaza, degeneró el miércoles por la noche en la ciudad santa del chiismo, Nayaf, dejando siete muertos.
Desde que el volátil Sadr, cuyos partidarios desfilaban desde inicios de octubre con el resto de manifestantes, ha dado un giro de 180 grados, los dos campos se han enzarzado en varias ciudades de Irak. El lunes murió un manifestante acuchillado en Hila, sur de Bagdad.
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En Nayaf, los siete muertos presentaban disparos en la cabeza o en el pecho, según fuentes médicas, que cifraron los heridos en decenas, provocando una ola de protestas en todo el país.
Los “gorras azules”, como se conoce a los partidarios de Moqtada Sadr, que respetan el alto el fuego como señal de adhesión fueron acusados de violencia mientras que las fuerzas del orden, de no hacer nada para evitarla.
El primer ministro designado Mohammed Tawfiq Allawi, que asumirá sus funciones cuando su gabinete obtenga la confianza del parlamento en menos de un mes, instó en Twitter al gobierno dimitido a que “proteja a los manifestantes”.
Feroces críticas
Los sadristas desembarcaron en el campamento de Nayaf a media tarde y se abalanzaron sobre las carpas de los manifestantes contra el poder que, desde principios de octubre, reclaman la refundación del corrupto sistema político iraquí, según periodistas de la AFP.
Aunque las fuerzas del orden trataron de interponerse, siete manifestantes resultaron muertos y decenas heridos.
Desde hace días, las críticas llueven sobre los “gorras azules”. Sadr los convocó el martes para apoyar a las fuerzas del orden que tratan de abrir escuelas y administraciones cerradas durante semanas por el movimiento de desobediencia civil.
En las sureñas ciudades de Diuaniya y Nasiriya, centenares de manifestantes salieron a las calles, gritando eslóganes hostiles a los partidarios de Moqtada Sadr, informaron corresponsales de la AFP.
“¿Dónde están las fuerzas del orden?”
“¿Dónde están las fuerzas del orden?”, escribió en Twitter Asad al Naseri, un dirigente del movimiento sadrista que recientemente se pasó al otro bando, denunciando “un baño de sangre salvaje”.
Desde el 1 de octubre, más de 480 personas han perdido la vida y unas 30.000 han resultado heridas en la violencia ligada a las protestas, en su mayoría manifestantes, según un balance recabado por la AFP con fuentes de seguridad y médicas.
Allawi prometió esta semana indemnizaciones para las víctimas a grupos de representantes de las protestas con los que se reunió, dijo a la AFP un experto presente en las reuniones.
En las plazas de Bagdad y en las ciudades del sur de Irak, la mayoría de los manifestantes mostraron su rechazo al nombramiento de Allawi, que ha sido en dos ocasiones ministro de un sistema político que rechazan de plano.
Desde el inicio de la semana, Allawi trata de dar garantías a los representantes de la protesta que denuncian la corrupción y el nepotismo en Irak, que está en el puesto 16 de la lista de países más corruptos del mundo según Transparencia Internacional.
Ha prometido que “propondrá uno o dos ministros procedentes de las protestas” y “dejará que los representantes del movimiento popular den su opinión sobre tres a cinco nombramientos del futuro ejecutivo”.
Mientras su gobierno no obtenga la luz verde del parlamento, Allawi no puede tomar ninguna decisión y es el gobierno del dimitido Adel Abdel Mahdi el que sigue a cargo de los asuntos corrientes del país.