Un vallecaucano está recluido en una cárcel de El Salvador sin justificación certera, según denunciaron sus familiares. José Antonio Potes Cáez viajó al país sorprendido del aparente cambio que habría traído el presidente Nayib Bukele. Sin embargo, ahora está incomunicado y acusado de pertenecer a una temida pandilla.
La familia recibió información de una persona que presenció la captura de Potes. Según les dijeron, lo habrían puesto tras las rejas creyendo que es un pandillero.
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“Está capturado porque pertenece a la Mara 18 de Colombia, ¿dónde hay aquí una Mara 18?”, señaló Claudia Marcela García, su pareja, para Noticias Uno.
Así es la peligrosa ‘Mara Barrio 18′
En El Salvador, se le denomina mara a las pandillas juveniles. Por lo general, tienen tanto poder en los barrios que deciden “lo que la gente hace o no hace, de qué habla e incluso por dónde puede caminar”, como explica la organización Amnistía Internacional.
Uno de los grupos delictivos es la Pandilla Callejera 18 o Barrio 18, comúnmente conocida como Mara 18. Esta no nació El Salvador, sino en Los Ángeles, Estados Unidos, pero con la llegada de los años 90 se expandió a Centroamérica y México.
De acuerdo con el medio y centro de pensamiento Insight Crime, la pandilla llegó al país latinoamericano para llenar el vacío de las organizaciones locales que sufrían represalias de las autoridades.
“Los líderes aumentaron su control sobre las actividades criminales, como la extorsión, desde el interior de las prisiones. Fuera de las prisiones, se diversificaron incursionando en el microtráfico. También comenzaron a operar de una manera más sofisticada, lavando activos a través de pequeñas empresas, como lavado de autos, y tratando de controlar a la comunidad y a las organizaciones no gubernamentales con el fin de influir en la política en los ámbitos locales y, más adelante, nacionales”, reseña el centro de pensamiento.
Mara 18 tiene dos ramificaciones en El Salvador: los Revolucionarios y los Sureños. Junto con la Mara Salvatrucha, otra peligrosa banda, han desatado una ola de violencia. Por ejemplo, en el 2015 el país alcanzó una de las mayores tasas de homicidio (105,23 por cada 100.000 habitantes).
La guerra entre pandillas y autoridades dio un giro cuando Nayib Bukele asumió la presidencia en 2019, pues instauró un estado de excepción que le ha permitido suspender todos los derechos constitucionales para enfrentarlas. Eso sí, bajo críticas de numerosas organizaciones y cuestionamientos sobre sus cifras de seguridad.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le ha expresado su preocupación por “múltiples denuncias de abusos e irregularidades en las detenciones y diligencias judiciales efectuadas, así como violaciones a los derechos de las personas detenidas”.
¿Existe la Mara 18 en Colombia?
Según la versión que tienen los familiares de José Antonio Potes Cáez, las autoridades salvadoreñas lo arrestaron por “pertenecer a la Mara 18 de Colombia”. No obstante, ese grupo criminal no aparece en los registros. De hecho, un diagnóstico de las pandillas en Colombia, realizado por el Ministerio de Justicia hace un par de años, no la tiene en el radar.
“La pandilla opera principalmente en El Salvador, Guatemala y Honduras, pero es en Estados Unidos donde tiene la presencia más definida: un estimado de 30.000 a 50.000 miembros”, puntualiza Insight Crime.
¿Por qué lo detuvieron? La familia asegura que el joven no tiene antecedentes en Colombia y, al parecer, fue capturado por un tatuaje en su pecho que recuerda a su abuela.
“No me lo dejan ver por ese régimen que hay allá. Un solo tatuaje tiene en el pecho y es el nombre de mi mamá, la fecha en que nació mi mamá, y la fecha en que mi mamá nos faltó”, aseguró Elena, la madre del vallecaucano.