Kastanies [AP]. Al menos 13.000 personas abarrotaron la frontera terrestre de Turquía con Grecia después de que el primer país declarase oficialmente que sus fronteras occidentales estaban abiertas a migrantes y refugiados que quisieran viajar hacia la Unión Europea, según dijo el domingo la organización de Naciones Unidas para la inmigración.
La decisión turca de abrir sus fronteras con Europa coincide con una escalada militar en el noroeste de Siria que ha producido crecientes enfrentamientos directos entre fuerzas turcas y sirias.
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En Siria, el gobierno dijo que cerraría su espacio aéreo a cualquier avión o dron en el noroeste del país y advirtió que cualquier aeronave en su espacio aéreo sería considerada hostil y derribada.
En los últimos dos días, ataques turcos de dron en la provincia de Idlib causaron grandes pérdidas entre las fuerzas del gobierno sirio, según activistas sirios. Los incidentes agravaron la tensión entre Turquía y Rusia, que respaldan a bandos opuestos en la guerra civil siria.
En declaraciones desde un cuartel militar cerca de la frontera con Siria, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, dijo que Ankara quería plantar cara a fuerzas sirias, en lugar de a tropas rusas, y pidió a Moscú que convenciera al presidente de Siria, Bashar Assad, que se retirase a las líneas del alto el fuego de 2018 al borde de Idlib,
Turquía ha “neutralizado” más de 2.200 militares sirios, 103 tanques y ocho helicópteros, añadió. Es la cuarta operación militar turca en Siria desde 2016.
Ankara teme verse ante una creciente presión internacional para abrir su frontera ahora cerrada con Siria y ofrecer refugio a civiles sirios desesperados. En Turquía ya hay 3,6 millones de refugiados sirios.
Con su decisión de abrir la frontera con Europa, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, cumplía una vieja amenaza de permitir la entrada de refugiados en el continente. El anuncio rompía de forma drástica con su política actual y parecía un intento de presionar a Europa para que prestara más apoyo a Turquía con los efectos de la guerra siria.
Para el sábado por la noche, el personal de la Organización Internacional para las Migraciones en la frontera “había observado al menos 13.000 personas congregadas en los puntos oficiales de frontera en Pazarkule e Ipsala y múltiples pasos extraoficiales, en grupos de entre varias docenas y más de 3.000”.
Las autoridades griegas utilizaron gas lacrimógeno y granadas aturdidoras el sábado para repeler varios intentos de una multitud de más de 4.000 personas por cruzar la frontera en el paso de Kastanies, y persiguió a grupos que cortaban agujeros en una cerca fronteriza para cruzar a Grecia.
El director de comunicaciones de Erdogan, Fahrettin Altun, dijo más tarde que Turquía había cambiado sus prioridades para centrarse en la llegada de más gente desde Siria en lugar de contener a los refugiados que quieren emigrar a Europa.
Altun afirmó que 80.888 personas habían salido de Turquía “en los últimos días” y pidió a Europa que compartiera la carga de atender a los refugiados. No había pruebas que respaldaran sus cifras. Grecia ha cerrado su frontera y varias docenas de personas que lograron cruzar fueron detenidas, según Atenas.
Durante la noche del sábado al domingo hubo unos 9.600 intentos de cruces ilegales, según dijo a la televisora local Skai el viceministro griego de Defensa, Alkiviadis Stefanis. Todos fueron frustrados con éxito, dijo Stefanis. Varias docenas de migrantes habían logrado cruzar antes.
Las autoridades griegas dijeron haber detenido a 66 migrantes el viernes, de los que 17 fueron condenados a 3,5 años de cárcel por entrar en el país de forma ilegal. Los reos, todos afganos, eran los primeros migrantes condenados por entrada ilegal desde 2014. Grecia detuvo el sábado a otras 70 personas que intentaron cruzar de forma ilegal la frontera terrestre.
Stavros Zamalides, presidente de la comunidad local en Kastanies, dijo que soldados turcos habían ayudado a la gente a cruzar la frontera griega de forma clandestina. “Soldados turcos con herramientas en las manos estaban cortando el alambre de la cerca para liderar a los migrantes ilegales”, afirmó. “El intento fue frustrado por la intervención de nuestra patrulla, que pasaba por la zona en patrulla en ese momento, y reparó los daños en la cerca”, afirmó.
Ayamuddin Azimi, afgano de 20 años, logró llegar con un compatriota al pueblo fronterizo griego de Nea Vyssa. Turquía abrió sus fronteras para “salvar a los refugiados”, dijo, pero cuando llegaron a la frontera encontraron el lado griego cerrado.
Azimi dijo haber cruzado de forma clandestina. “¿Qué puedo hacer? No podemos hacer nada. Esta es nuestra vida”. Otros intentaban la breve pero a menudo peligrosa travesía por mar desde la costa turca a las islas griegas. Al menos tres pateras con inmigrantes llegaron el domingo por la mañana a la isla griega de Lesbos.
Casi 950.000 civiles desplazados han avanzado hacia la frontera entre Siria y Turquía en pleno clima invernal.
Según un acuerdo de 6.000 millones de euros alcanzado en 2016, Ankara aceptó frenar la oleada de refugiados a Europa a cambio de ayuda financiera, después de que más de un millón de personas entraran en Europa en 2015. Desde entonces ha acusado a la UE de no cumplir su parte del acuerdo. Erdogan ha amenazado a menudo con “abrir las puertas” y permitir que refugiados y migrantes salieran hacia Europa a menos que se prestara más ayuda internacional.