Bogotá [EFE]. Los reclusos de más de diez cárceles de Colombia se amotinaron la noche de este sábado por el hacinamiento y la falta de elementos para prevenir el contagio de coronavirus (COVID-19), la pandemia que tiene aterrorizado al mundo.
El partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) aseguró en redes sociales que “en este momento en más de 10 centros de reclusión en Colombia las personas privadas de la libertad protestan ante precarias condiciones sanitarias”.
Los amotinamientos ocurren en las cárceles Modelo, La Picota y el Buen Pastor, de Bogotá, esta última de mujeres; así como en la de máxima seguridad de Cómbita, en el departamento de Boyacá; en la de Picaleña, en Ibagué, capital del Tolima, y en la de Jamundí (Valle del Cauca), entre otras.
En videos grabados por habitantes de barrios vecinos a las distintas cárceles en los que se escucha a los presos gritando “libertad, libertad”, y a otros que celebran el haber conseguido fugarse, con ruidos que parecen de disparos al fondo.
La FARC también publicó videos en los que se ve a personas presas golpeando las rejas y puertas de las prisiones e incluso prendiendo fuego a algunas pertenencias.
Miedo al COVID-19
Al parecer, el temor al coronavirus, que ya deja un muerto y 210 contagiados en Colombia, fue el detonante de los motines, que sin embargo se producen en simultánea en varias regiones del país.
El partido de la antigua guerrilla exigió a las autoridades correspondientes “tomar las medidas urgentes para garantizar la vida e integridad de estas personas”.
Al respecto, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, aseguró en redes sociales que el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia (Inpec), que se encarga de manejar las cárceles, “está enfrentando el amotinamiento en La Modelo y La Picota”.
Añadió que la Secretaría de Seguridad de Bogotá coordina para que la Policía ofrezca refuerzo externo y garantice la seguridad de los barrios vecinos.
Hacinamiento e insalubridad
La FARC recordó que hace dos semanas el Movimiento Nacional Carcelario (MNC), rechazó en un comunicado “las políticas y acciones poco efectivas que han tomado el Inpec y las entidades de gobierno en las cárceles de Colombia”.
Los reclusos aseguraban que el sistema penitenciario y carcelario colombiano vive en la precariedad “situación que se ha manifestado en el hacinamiento del 53% a nivel nacional” y por tanto no tienen condiciones dignas para su supervivencia.
Detallan que “no siendo suficiente la infraestructura para la cantidad de personas, se agravan los problemas sanitarios, tales como la falta de abastecimiento de agua las 24 horas del día; la propagación de vectores como chinches, zancudos, ratas y palomas; la falta de condiciones climáticas y ambientales; y las miserables condiciones de aseo para los espacios comunes”.
También se quejan porque el sistema de salud para las personas privadas de la libertad “colapsó” hace años porque las áreas de sanidad de las prisiones no dan para atenderlos adecuadamente y tampoco se dispone del número de médicos suficiente para la población carcelaria.