Miami. Barbara Bush, la matriarca del clan, decía que ya había sido suficiente con tener a dos miembros de la familia en la Casa Blanca. Pero Jeb Bush no quiere ser menos que su padre y su hermano mayor y estudia ser candidato a presidente de Estados Unidos con el apoyo de su pasado como gobernador de Florida y de su ascendente entre el votante latino.
Jeb Bush, de 61 años y que hoy anunció que va a estudiar "activamente" su candidatura, tiene a priori muchos elementos para resultar atractivo como candidato republicano.
A su apellido y lo que genera en cuanto a experiencia y capacidad de atraer donaciones económicas para la carrera presidencial, se une su exitosa experiencia como gobernador en Florida de 1999 a 2007 y su "perfil latino", clave para que los republicanos puedan recuperar la Casa Blanca, en manos demócratas desde 2008.
Los hispanos apoyaron a Barack Obama claramente en 2008 y sobre todo en 2012, cuando logró el 71 por ciento de respaldo por el 27 por ciento de su rival, Mitt Romney. Los republicanos saben que tienen que remontar esos números si quieren ganar en 2016.
Bush está casado con Columba, una mexicana, habla español, ha vivido en Venezuela, defiende la reforma migratoria varada en Washington y una alianza comercial con sus vecinos al sur del Río Grande. Sólo el cubanoamericano Marco Rubio, senador por Florida, podría tener más atractivo para los hispanos si también decide presentarse.
En sus ocho años como gobernador de Florida Bush supo cortejar al votante latino, decisivo en el estado, y a la vez presentarse como un pragmático con capacidad de llegar a consensos con sus rivales. Con Bush, los republicanos tendrían además una baza ganadora en Florida, importante estado bisagra en las presidenciales.
Aunque en comparación con el Tea Party se le considera un moderado dentro del Partido Republicano por su apoyo a la inmigración y sus ideas en política educativa, sus posturas son tradicionalmente conservadoras, lo que, junto a su apellido, le podría dar el apoyo del votante tradicional.
La última encuesta lo sitúa como el segundo mejor valorado entre los posibles candidatos presidenciales republicanos por detrás de Romney, que no ha manifestado de momento interés por presentarse de nuevo.
"Nada ni nadie puede reemplazar el liderazgo de Estados Unidos", afirmó el 2 de diciembre en Miami en un acto organizado por el exilio cubano, al que ofreció su determinación de política dura contra los hermanos Castro.
En el discurso, visto como una presentación de sus ideas, aseguró que desea reformar la política exterior de Estados Unidos, fortalecer la capacidad de defensa y relanzar alianzas tradicionales con la OTAN, Israel y con países latinoamericanos vecinos.
En lo económico, se mostró favorable a la creación de una zona de libre comercio que englobe a toda América y a aprovechar la inmigración para el crecimiento interno.
Se le vio también más delgado. El diario "Miami Herald" aseguró que ha perdido casi siete kilos. ¿Preparación para la dura campaña electoral?
"Creo que sería un buen presidente", dijo Bush el domingo en una televisión de Miami, en la que anunció que revelará 250.000 correos electrónicos de sus ocho años al frente de Florida y la publicación de un libro electrónico sobre su filosofía de gobierno.
Una forma de volver a la arena política, de la que llevaba alejado desde 2007, y lanzar la carrera por las presidenciales de 2016, en las que podría convertirse en el tercer Bush en la Casa Blanca.