El próximo 20 de enero Donald Trump deja la presidencia de Estados Unidos. Pero no dejará Twitter. Su cuenta personal en su red social favorita, y en la que tiene más de 88 millones de seguidores, seguirá activa y se mantendrá como una fuente inagotable de noticias, como lo ha sido de manera constante desde el 2015 cuando decidió postularse a la Casa Blanca.
La predilección de Trump por Twitter es más que evidente y él, un hábil hombre de negocios, supo sacarle partido para comunicarse directamente con sus partidarios escribiendo como habla: directo y sin filtro.
“Muchos estadounidenses valoran que Trump sea auténtico, incluso si es que va muy lejos”, comentó en octubre para “The Washington Post” el comentarista de Fox News Ari Fleischer, quien fue secretario de prensa de George W. Bush.
Aunque Trump esté cerca de abandonar la Casa Blanca, su cuenta de Twitter seguirá siendo una de las más seguidas e influyentes del mundo. Sobre todo porque el aún presidente decidió, apenas asumió el cargo en el 2017, que seguiría usando su cuenta personal y no la cuenta oficial de la Casa Blanca.
Así, @realDonaldTrump pasará a ser utilizada desde el 20 de enero por el ciudadano Trump y ya no por el presidente. Pero gracias a su paso por el máximo cargo del planeta, el neoyorquino sextuplicó su número de seguidores. Trump tenía 2,98 millones de seguidores cuando anunció su candidatura para la presidencia en el 2015, número que aumentó a 13 millones cuando ganó la elección en noviembre del 2016 tras derrotar a Hillary Clinton, según cifras de Social Blade, que analiza la data de redes sociales.
No más POTUS
Uno de los dolores de cabeza de los asesores de Trump al inicio de la presidencia fue cómo separar, en Twitter, al ciudadano del cargo. El neoyorquino sabía que había logrado fidelidad en su cuenta personal y no estaba dispuesto a abandonarla para tuitear desde la cuenta oficial del presidente de Estados Unidos: la llamada @POTUS (President of the United States).
Fue durante la administración de Barack Obama que se creó esta cuenta. En el 2017, cuando dejó el cargo, se hizo una nueva cuenta para Trump, y la que había gestionado el equipo de Obama pasó a llamarse @POTUS44, en referencia al número de su presidencia.
Así, en estos cuatro años Trump ha utilizado con vehemencia @realDonaldTrump y con mucha menor frecuencia @POTUS, donde tiene 33 millones de seguidores (menos de la mitad de los 88 millones que tiene la cuenta personal de Trump). Ésta es la que quedará archivada, por tratarse de una cuenta oficial, y pasará a llamarse @POTUS45.
Desde el 20 de enero, cuando asuma Joe Biden, él pasará a usar @POTUS, pero con una gran diferencia. La cuenta empezará con cero seguidores. El reseteo de cuentas también afectará a la nueva primera dama, Jill Biden (@FLOTUS), y a la secretaría de prensa de la Casa Blanca (@PressSec).
Trato diferenciado
Sin embargo, aunque Trump podrá seguir usando su cuenta personal, empoderada en estos cuatro años, ya no tendrá el blindaje que le brinda la presidencia.
Actualmente, @realDonaldTrump está considerada como una cuenta de “líderes mundiales”, a los que Twitter permite ciertos beneficios, como decir falsedades o publicar contenidos polémicos. Desde el 20 de enero, sus tuits revestidos de ‘fake news’ simplemente serán borrados y ya no estarán ocultos o etiquetados, como ha ocurrido en los últimos meses cuando el mandatario no ha dejado de proclamar fraude en las elecciones.
“Nuestro enfoque hacia los dirigentes mundiales, candidatos y funcionarios públicos se basa en el principio de que las personas deben poder elegir ver lo que dicen sus líderes, con un contexto claro”, señaló Twitter en un comunicado. Esta excepción solo se aplica a los líderes y candidatos en ejercicio, no a los ciudadanos una vez que ya no ocupen estos cargos.
Bajo esta consideración, Twitter incluso podría eliminar la cuenta de Trump, algo que seguro lo pensarán múltiples veces teniendo en cuenta que es una de las más rentables y que genera más ‘engagement’ o fidelización.
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