El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizó este jueves en medio de una gran ovación el toque de campana con el que la Bolsa de Nueva York comienza sus operaciones diarias, un privilegio que suele reservarse a empresarios que inician su apuesta financiera en el país.
Trump no solo recibió un reconocimiento inusual en los pasillos de la habitualmente sobria bolsa neoyorquina, sino que el público, en el que abundaban sus admiradores, prorrumpió a gritar “U-S-A, U-S-A !!!!”, jaleado por el propio equipo que acompañaba al magnate, entre quienes se encontraban su esposa, Melania, su hija Ivanka y el próximo vicepresidente, J.D. Vance.
La visita de Trump a Wall Street la hizo en coincidencia con su reconocimiento como Persona del Año por la revista TIME y, de hecho, tras el propio Trump, la bolsa había desplegado la carátula del magacín para dar mayor protagonismo a ese nombramiento.
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Previo al toque de campana, Trump dio un discurso ante los directivos de la Bolsa de Wall Street (New York Stock Exchange) donde expuso las líneas maestras de lo que será su política económica, una mezcla de medidas proteccionistas y de incentivos fiscales para el “Made in America”.
Anunció, por ejemplo, un proceso ‘exprés’ de aprobación operativa para todos aquellos capitalistas, nacionales o extranjeros, que vayan al país e inviertan 1.000 millones de dólares, que ahora pasan por un proceso que se demora entre 14 y 16 años, según Trump.
“Vamos a incentivar a todos los que quieren volver a Estados Unidos. Queremos de vuelta: fabricantes de automóviles, todo el mundo”, dijo aludiendo precisamente a uno de los sectores que más se ha deslocalizado en las últimas décadas y que los economistas dudan de que sea factible hacerlos retornar al país.
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También citó expresamente al sector del petróleo y el gas, otro producto sensible en tiempos de cambio climático y de bum de las energías renovables.
“No hay país en el mundo que tenga más (petroleo y gas) que nosotros, somos el número uno, yo lo llevé al número uno en producción en mi primer mandato, y ahora vamos a ser (de nuevo) el número uno, con cifras que nadie ha visto antes”, agregó.
Pero, además, aseguró que esta prometida vuelta de los negocios a Estados Unidos, más la producción petrolera traerá consigo bajadas de precios: “Cuando eso ocurra, los precios comenzarán a bajar, porque la gente ya no puede costear sus alimentos, y muy pronto van a poder volver a hacerlo”.
“Damas y caballeros, vamos a enderezar esto (la economía). Vamos a incentivarla como ningún otro país. Vamos a reducir sus impuestos -en referencia a los que afectan a las empresas-. Vamos a reducirlos muy sustancialmente. Los bajamos al 21 % desde probablemente el 42 o 44 % dependiendo de donde estés. Ya los bajamos al 21 a todo el mundo, que era un milagro. Ahora los vamos a bajar al 15, pero sólo si fabricas tu producto; si no, pagas el 21, que no está mal”, señaló.
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