Jueces de Georgia y Michigan desestimaron rápidamente el jueves las demandas interpuestas por la campaña del presidente Donald Trump, socavando una estrategia legal para atacar la integridad del proceso electoral en estados donde el resultado podría significar la derrota del mandatario.
Mientras tanto, el candidato demócrata Joe Biden se acercaba a los 270 votos electorales que necesita para ganar los comicios presidenciales.
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En Pensilvania, la campaña de Trump ganó un fallo de apelación para enviar a más observadores del partido y la campaña a los sitios donde los funcionarios electorales procesan los sufragios por correo en Filadelfia.
Pero la orden no afectó el recuento de votos que se está llevando a cabo en Pensilvania.
El abogado de la campaña de Biden, Bob Bauer, dijo que las acciones jurídicas de los republicanos carecían de méritos.
“Quiero subrayar que, para sus propósitos, estas demandas no tienen que tener mérito. Ese no es el propósito… Es crear una oportunidad para que ellos envíen un mensaje falso sobre lo que está ocurriendo en el proceso electoral”, dijo el jueves Bauer, acusando a la campaña de Trump de “alegar continuamente irregularidades, fallas en el sistema y fraude sin ningún fundamento”.
Biden dijo el miércoles que el conteo debía continuar en todos los estados y que “nadie nos va a arrebatar la democracia, ni ahora ni nunca”.
Pero los funcionarios de campaña de Trump acusaron a los demócratas de tratar de robar las elecciones, a pesar de que no hay pruebas de que algo así esté ocurriendo.
Durante una llamada con reporteros el jueves por la mañana, el director de la campaña del mandatario, Bill Stepien, dijo que “cada noche el presidente se va a la cama con una ventaja” y cada noche se encuentran nuevos votos “misteriosamente en una bolsa”.
Jason Miller, portavoz de la campaña de Trump, dijo que se tenían previstas más acciones jurídicas y que estarían enfocadas en dar acceso a los funcionarios de campaña a los sitios donde se están contando los votos.
“Literalmente revisaremos cada una de las papeletas”, dijo sobre el recuento en el disputado estado de Nevada.
La campaña de Trump también anunció que pedirá un recuento en Wisconsin. Stepien citó previamente “irregularidades en varios condados de Wisconsin”, sin dar más detalles.
The Associated Press declaró a Biden como ganador en Wisconsin y Michigan el miércoles. La AP no ha dado la victoria a ningún candidato en Georgia, Nevada o Pensilvania.
Las demandas en Pensilvania y Michigan tenían que ver en gran medida con el acceso de los observadores de la campaña a los lugares donde se procesan y cuentan las boletas.
El caso de Georgia concernía a 53 votos en ausencia en el condado de Chatham. Fue desestimado por un juez después de que los funcionarios electorales del condado de Savannah declararan que todas esas papeletas se habían recibido a tiempo. Los funcionarios de la campaña dijeron previamente que sopesaban impugnaciones similares en una docena de condados del estado.
En tanto, el conteo de votos se extendió hasta el jueves. En cada elección, los resultados reportados durante la jornada electoral son extraoficiales y el conteo se extiende hasta los días posteriores. Este año, los estados lidian con una avalancha de votos por correo impulsada por los temores de votar de forma presencial durante una pandemia.
Los votos por correo generalmente toman más tiempo en verificarse y contabilizarse. Se prevé que los resultados oficiales tarden más tiempo este año debido a lo apretado de la contienda y a la gran cantidad de votos por correo.
Las denuncias que la campaña de Trump interpuso en Michigan y Pensilvania el miércoles solicitaban la suspensión temporal del conteo de votos hasta que les dieran un acceso “significativo” a varios sitios y se les permitiera revisar las papeletas que ya habían sido abiertas y procesadas.
La AP declaró la victoria de Biden en Michigan después de que se entabló la demanda. El presidente tiene ventaja en Pensilvania, pero su margen se reducía a medida que se contabilizaban más votos. El estado registró 3,1 millones de votos enviados por correo, y una orden judicial permite que las papeletas recibidas por correo sean contadas hasta el viernes en caso de haber sido mataselladas a más tardar el 3 de noviembre.
En Pensilvania, la campaña de Trump se quejó el jueves de que su observador no se podía acercar lo suficiente a los trabajadores electorales para ver lo que estaba escrito en los sobres, para asegurarse que el sobre contiene una firma, y nombre y dirección de un votante elegible. Los votos que no contengan ese tipo de información podrían ser impugnados o anulados.
El fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, dijo durante una entrevista con CNN que la demanda de la campaña de Trump era “más un documento político que un documento legal”.
“Existe transparencia en este proceso. El conteo ha seguido. Hay observadores supervisando este conteo y se seguirán contando votos”, añadió.
La demanda interpuesta en Michigan alegaba que la secretaria de Estado Jocelyn Benson estaba permitiendo que los votos por correo se contaran sin la presencia de equipos de observadores bipartidistas y contendiente. Los demócratas del estado señalaron que la demanda tenía pocas posibilidades de éxito. Observadores electorales de ambos partidos abundaban el miércoles en uno de los centro de votación en cuestión, el centro de convenciones TCF de Detroit, observó la AP.
Las declaraciones de Trump a sus simpatizantes en la Casa Blanca la madrugada del miércoles sobre llevar la indefinida contienda a la Corte Suprema fueron difíciles de interpretar, pero hicieron recordar la intervención del máximo tribunal estadounidense en las elecciones presidenciales del 2000, que terminaron con un fallo que terminó por darle de manera definitiva la presidencia a George W. Bush.
Pero hay diferencias importantes respecto a lo sucedido en el 2000, y ya están expuestas. En el 2000, una Florida controlada por los republicanos fue el estado decisivo y Bush se aferró a una ligera ventaja. El demócrata Al Gore pidió un recuento y la Corte Suprema lo detuvo.
Para algunos expertos en derecho electoral, pedir la intervención de la Corte Suprema en este momento no solo parecía prematuro, sino precipitado.
Un caso tendría que llegar a la corte de un estado cuyo resultado determinaría al ganador de las elecciones, escribió Richard Hasen, profesor de derecho de la Universidad de California en Irvine, en el blog de Election Law. La diferencia entre los totales de votos de los candidatos tendría que ser menor al de los sufragios en juego en la demanda.
“Hasta este momento (aunque las cosas pueden cambiar) no parece que se cumpla ninguno de los dos criterios”, escribió Hasen.
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