Como cada vez que lo investigan o lo acusan, Donald Trump denuncia una “cacería de brujas”. Y esta vez no ha sido la excepción. El expresidente de Estados Unidos enfrenta dos investigaciones en Nueva York, pero una de ellas, la que se realiza en la fiscalía estatal de Nueva York, dejó su naturaleza civil y ahora tiene carácter penal que podría llevarlo a la cárcel si es que se comprueba actividad delictiva de la Organización Trump, su conglomerado de empresas.
“Ahora estamos investigando activamente a la Organización Trump en materia penal, junto con el fiscal de distrito de Manhattan”, informó el martes la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
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El expresidente, que podría postularse otra vez en el 2024 y que ha capturado el Partido Republicano, apuntó sus dardos hacia James y Cyrus Vance, el fiscal del distrito de Manhattan, ambos demócratas, a quienes culpa de politizar sus indagaciones.
“Trabajando de manera conjunta con Washington, estos demócratas quieren silenciar y cancelar a millones de votantes porque no quieren que ‘Trump’ sea otra vez candidato”, dijo el expresidente el miércoles.
Seguimiento a las finanzas
La notificación de la fiscal James no solo supone una nueva amenaza legal contra el expresidente -que durante su mandato de cuatro años ya fue sometido a dos juicios políticos en el Congreso- sino porque supone una inculpación inédita contra un exjefe de la Casa Blanca.
Como explica la agencia AP, ambos fiscales han estado realizando investigaciones paralelas desde hace dos años en torno a los negocios de Trump y su familia en Nueva York, donde nació y formó sus empresas hasta que llegó a la presidencia.
Pero la fiscal James solo había iniciado una investigación en el ámbito civil -sin riesgo de inculpación o de cárcel en caso de condena- sobre posibles fraudes fiscales o bancarios en el seno del holding familiar del expresidente. Tanto James como Vance sospechan que la Organización Trump, que no cotiza en bolsa y por ende no está obligada a publicar sus libros contables, infló o redujo artificialmente el valor de algunas de sus propiedades para obtener préstamos bancarios o reducir sus impuestos.
MIRA: Qué negocios controla la Organización Trump y por qué es objeto de una investigación criminal
Parte de ese dinero habría sido para Ivanka Trump, la hija del expresidente, quien en noviembre pasado señaló en Twitter que la investigación era “acoso y nada más” y que estaba “100% motivada por la política, la publicidad y el encono”.
Un área de 90 hectáreas en el norte del estado de Nueva York, el club de golf de Donald Trump en Nueva Jersey o la emblemática Trump Tower en Manhattan también estarían bajo la lupa de los investigadores.
¿Cómo lo afecta?
Trump ha dicho que, como en otras oportunidades, no le encontrarán nada y que todo es un complot contra él. Pero sabe que muy diferente es haber quedado libre de los dos juicios políticos al que lo sometió el Congreso, pues una investigación penal es de otro calibre.
Así lo considera a El Comercio el analista político Hernán Molina desde Los Ángeles: “Salir indemne de un juicio político porque tenía los votos para cancelar eso no fue tan difícil como sería salir indemne de una causa penal”. “Acá se sospecha que hubo uso ilegal de las estipulaciones impositivas, evasión, mentir a los inversores, defraudar al estado con el valor de las propiedades para pagar menos impuestos. Acá hay una organización criminal. Será muy difícil que salgan ilesos [Trump, su familia, sus allegados]. Quizá no vayan a la cárcel, pero tendrá que pagar multas muy altas o quedarán en libertad condicional. La mancha del crimen va a quedar”, agrega.
A nivel político, su base electoral es aún muy fiel al exmandatario y sigue creyendo que le arrebataron las elecciones del pasado noviembre. “Para ellos, esto puede ser visto como una ‘vendetta’ política y no van a creer en nada”, explica Molina. “Pero podría afectarlo políticamente ante aquellos independientes que votaron por él, no porque lo apreciaban sino por cuestiones ideológicas”.
Por su parte, Octavio Pescador, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles y comentarista de CNN en Español, expresó a este Diario que las investigaciones penales que se le siguen a Trump sí pueden limitarle su futuro político.
“Políticamente, Trump tiene una fuerza impresionante dentro del Partido Republicano. Las investigaciones en curso, que no son nuevas pero que ahora tienen un carácter penal, sí le pueden representar problemas legales, y de ser encontrado culpable le pueden limitar el futuro político. Pero él sigue teniendo la capacidad de movilizar a su base y de recaudar fondos para apoyar o perjudicar a candidatos o políticos que no se alineen con sus deseos”, explicó.
No obstante, el anuncio de la fiscal James no necesariamente es un indicio de que planea presentar cargos. Sin embargo, para Andrew Celli, exfuncionario de la fiscalía de Nueva York, no es habitual que se anuncie públicamente que una investigación pasa al ámbito penal. “Podría ser una forma de enviar un mensaje a los testigos o a implicados por investigar. Sin duda, hay una razón estratégica detrás de este anuncio. No salen de la nada”, expresó a la agencia AP.
Para Bennett Gershman, profesor de derecho penal de la Universidad Pace y exfiscal adjunto de Manhattan, la declaración de James equivale a una “demostración de fuerza” de los fiscales. “Eso quiere decir que no retrocederán. Al ver un anuncio así, yo diría que nos acercamos a una inculpación”, dijo a la AFP.
Tanto Gershman y Celli coinciden que el paso al ámbito penal del Caso Trump podría buscar aumentar la presión sobre los testigos clave que conocen al dedillo los negocios del expresidente y su familia, y a quienes los fiscales quieren convencer de cooperar.
“Este tipo de investigaciones toma mucho tiempo”, acota Pescador. “De no tener algún testigo que ofrezca información clara y contundente de la participación con intención criminal por parte de Trump, pues es muy importante probar que tenía una intención de violar la ley, entonces la investigación se puede extender más, incluso más allá de las elecciones legislativas del 2022”.
¿Quiénes son los testigos claves?
Las investigaciones se han centrado en Allen Weisselberg, de 73 años, director financiero de la Organización Trump y uno de sus más fieles colaboradores pues incluso trabajó para Frederick Trump, el patriarca de la familia y padre del exmandatario.
La exnuera de Weisselberg está cooperando con ambas investigaciones y de hecho ha facilitado expedientes financieros.
Otro personaje importante es el exabogado personal de Trump, Michael Cohen, quien ahora es uno de sus críticos más furibundos y colabora también con las investigaciones. En el 2018 fue sentenciado por fraude fiscal y violación de la ley de financiación electoral, y estuvo en el medio del escándalo de la actriz porno Stormy Daniels, a quien le pagó 130 mil dólares para que no difundiera públicamente el amorío que tuvo con Trump antes de ser presidente.
El equipo del fiscal Vance ha interrogado varias veces en las últimas semanas a Cohen.
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