El agente Storm, un danés que fue yihadista y luego espía de la CIA, usó su doble vida para urdir un plan que llevara a la muerte al clérigo Anwar al Awlaki, dirigente de Al Qaeda y objetivo prioritario de Estados Unidos. Ambos eran amigos. La acción sería a control remoto.
Al Awlaki, que vivía en Yemen, le había pedido a Storm que le encontrase una esposa europea. Era la carnada perfecta para que el danés y la CIA echaran a andar la operación. La mujer viajó al país asiático llevando en su maleta un dispositivo de localización a distancia. Pero al llegar, lo primero que hizo Al Awlaki fue obligarla a deshacerse del equipaje. El plan falló.
Pero Al Awlaki finalmente fue abatido el 30 de setiembre del 2011. Un avión no tripulado (dron) disparó su misil sobre la caravana en la que se desplazaba. ¿Cómo lo encontraron? No se ha revelado.
En enero de este año, un dron atacó un blanco terrorista en Pakistán. La información señalaba que en el lugar había un “objetivo prioritario” de Al Qaeda. Pero en realidad murieron dos rehenes occidentales: el estadounidense Warren Weinstein y el italiano Giovanni Lo Porto. El hecho ha puesto en entredicho la campaña estadounidense que usa drones para abatir terroristas en el Medio Oriente y África, y ha reforzado las voces críticas que denuncian la muerte de civiles en estas acciones. ¿Qué pasó?
Los aviones no tripulados no actúan de manera autónoma. Dependen de la información que se recabe en el terreno para que quien lo acciona a distancia cumpla la misión.
En el caso del plan frustrado contra Al Awlaki, la idea era que el misil se dirigiese al dispositivo que llevaba la mujer para matar al terrorista. Así murió en el 2004 el jeque ciego Ahmed Yasín, líder histórico del grupo islamista Hamas, cuando Israel disparó un misil que rastreó el dispositivo que habían instalado en su silla de ruedas.
En cuanto a los rehenes, es probable que un espía en el terreno haya proporcionado la ubicación del objetivo mediante un GPS. Y el misil hizo su trabajo sin advertir quién estaba detrás de las paredes.
¿Qué pasará con las operaciones con drones? ¿EE.UU. perpetra crímenes de guerra? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas?
1. EL FUTURO DE LAS OPERACIONES
“Creo que las operaciones van a seguir, no tengo la más mínima duda”, le dice a El Comercio el especialista en defensa Román Ortiz, director de la firma de asesoría en seguridad y defensa Decisive Point y profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes de Colombia.
Y apoya su opinión en dos razones: “Si hay un incidente de esas características, como la muerte de los rehenes, los responsables siempre son los secuestradores. Son ellos los que tienen a los rehenes, los que los ponen donde quieren y no cabe la menor duda de que en realidad los terroristas utilizaron a los rehenes como escudos humanos”.
La segunda razón que esgrime Ortiz es que en los últimos tres años ha habido un incremento tremendo del terrorismo a raíz de las guerras civiles en Siria e Iraq, lo que provocó que Al Qaeda se haya multiplicado en varias facciones y el surgimiento del Estado Islámico. “El incremento de las amenazas es tan alto que en este momento parece imposible prescindir del uso de aviones no tripulados”, remarca.
Andrés Gómez de la Torre, abogado peruano y especialista en defensa, piensa que Estados Unidos hará una revisión de sus protocolos, pero que seguirá adelante con sus operaciones. “Es un sistema que ellos están planificando como parte de su plan estratégico de defensa del siglo XXI. Se harán ajustes, pero seguirá adelante”, explica.
2. VENTAJAS Y DESVENTAJAS
Ortiz opina que la ventaja número uno de los drones es que la misión se torna más controlada, porque varias personas pueden estar monitoreando el trabajo del aparato.
Otra ventaja es que no hay vidas de pilotos que se arriesgan, lo que permite que la misión sea más intrépida. “Desde un punto de vista táctico tiene todas las ventajas”, remarca.
Ortiz sostiene que la desventaja es que el uso exclusivo de drones no terminará con el terrorismo. “Hay una gran cantidad de asuntos que no se pueden resolver solo con ataques aéreos”, explica.
Gómez de la Torre sostiene que las misiones con drones minimizan el daño colateral y coincide con Ortiz al señalar que se evita exponer a los pilotos en el campo enemigo.
Su vulnerabilidad tiene que ver con que depende de la información de inteligencia que se consiga en el terreno.
“Eso ha pasado en Pakistán. Tenían muy bien definido el blanco, pero no sabían que había dos rehenes en el lugar”, manifiesta Gómez de la Torre.
Además, cuestiona la legitimidad del empleo de drones, pues estos violan de manera permanente la soberanía aérea de los estados.
3. ¿CRÍMENES DE GUERRA?
Amnistía Internacional considera que algunas de las operaciones de los drones podrían constituir crímenes de guerra.
Ortiz no está de acuerdo. “Todos los blancos contra los que Estados Unidos dirige los ataques son blancos militares. Son individuos que están involucrados en actividades terroristas y, en consecuencia, eso no se puede considerar un crimen de guerra... Los daños colaterales son efectos no deseados de esos ataques. El crimen de guerra por naturaleza implica una intencionalidad de causar daño, y esa no es la intención cuando se realizan ataques con el propósito específico de dar de baja a terroristas”, opina.
“En cada una de las operaciones que ha reconocido el gobierno, Estados Unidos literalmente no sabía a quién estaba matando”, señaló la semana pasada en un comunicado la organización Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU).
Otro asunto en contra de la política estadounidense es que el uso intensivo de los drones ha llevado a represalias de Al Qaeda contra civiles, como lo comprobó Amnistía Internacional en Pakistán.
“Los grupos vinculados a Al Qaeda han matado a decenas de residentes locales a los que acusaban de ser espías a causa de los ataques con drones estadounidenses. Los residentes de Mir Ali dijeron a Amnistía Internacional que es habitual ver cadáveres arrojados a un lado de la calle con mensajes que advierten de que todos los acusados de espiar para Estados Unidos correrán la misma suerte”, señala el informe “¿Voy a ser el siguiente? Ataques de drones estadounidenses en Pakistán”.
Es la muerte a control remoto que alcanza a civiles y a terroristas. En cuanto al agente Storm, ya se resignó a vivir a salto de mata.