Se acerca el fin de curso en Estados Unidos y desde hace semanas miles de estudiantes de secundaria de todo el país están participando en los bailes de graduación de sus escuelas.
Se trata de una tradición que marca el paso de la adolescencia a la edad adulta y que se celebra desde hace décadas. Es conocido en todo el mundo gracias a las películas y series de televisión estadounidenses.
Tradicionalmente los bailes de graduación (proms, en inglés) han servido para que chicos y chicas puedan oficializar sus relaciones de pareja frente a sus padres y amigos.
Pero los proms no han sido ajenos a los avances que ha habido en los últimos años en EE.UU. en el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBT, que incluye a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Pese a que en muchas escuelas los jóvenes LGBT todavía son víctimas de acoso y discriminación, cada vez son más los que, con la complicidad de sus compañeros, utilizan los bailes de graduación como plataforma para reivindicar su derecho a ser diferentes.
Ya no es tan inusual que los adolescentes gays puedan acudir a los proms con sus parejas e incluso ha habido varios casos de escuelas en las que los títulos de rey y reina del baile han ido a parar a estudiantes transexuales.
BBC Mundo le presenta cuatro historias que evidencian que los jóvenes estadounidenses no son ajenos a los cambios sociales que se están produciendo en su país.
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El joven futbolista que fue al baile con su novio
"Es un sueño. Es increíble. No puedo creer que haya sucedido".
Así explica Michael Martin el que hace unas semanas pudiera acudir al baile de graduación de su escuela con su novio Logan Westrope.
Tradicionalmente los bailes de graduación han servido para que los jóvenes heterosexuales puedan oficializar sus relaciones de pareja.
Michael, un joven de 18 años que juega al fútbol y vive con sus padres en la pequeña localidad de Inwood, en Virginia Occidental (este de EE.UU.), asegura que, para su sorpresa, en su colegio no le pusieron ningún reparo a que asistiera al evento con otro joven.
"Estaba muy nervioso. Cuando eres gay siempre tienes miedo de que te acosen o que te insulten. Llegué al baile y hasta la tercera o cuarta canción no me relajé. Vi que a nadie le importó, así que empecé a bailar con mi novio", explica en conversación con BBC Mundo.
Hace dos años que Michael -quien también practica tenis y natación- le contó a su familia y amigos que es homosexual.
Su padre lo aceptó desde un principio mientras que a su madre le costó algo más, aunque ahora le apoya plenamente. Con sus compañeros del equipo de fútbol tampoco tuvo ningún problema, a parte de alguna que otra broma.
Hace dos años que Martin -quien también practica tenis y natación- le contó a su familia y amigos que es homosexual.
"Hay gente que dice que los gays no podemos practicar deportes pero eso no es así. Yo era el capitán de mi equipo. (...) Cuando salí del armario a nadie le importó", señala Michael, quien asegura tiene como referente al jugador de los LA Galaxy Robbie Rogers, uno de los primeros futbolistas profesionales en reconocer públicamente su homosexualidad.
"Me alegra poder decir que ser gay ya no es un problema como antes. No me gustaría que otros jóvenes tengan que pasar por lo mismo que yo y tengan miedo".
"Espero que mi caso sirva de ejemplo para otros adolescentes gays. No importa tu condición sexual. Tienes que ser tú mismo".
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La joven que acudió al baile con esmoquin
Hace unas semanas el caso de la joven Claudetteia Love apareció en numerosos medios en EE.UU., después de que el director de su escuela le prohibiera asistir al baile de graduación vestida con traje de hombre.
Según argumentó el responsable de la escuela de secundaria Carroll, situada en la localidad de Monroe, en Louisiana (sur de EE.UU.), el código de vestimenta oficial no permitía que Love llevara un atuendo masculino al evento.
Al final Claudetteia pudo asistier al baile luciendo una pajarita.
Varias organizaciones de defensa de los derechos de la comunidad LGBT se involucraron en el asunto y al final el consejo escolar de Monroe decretó que no permitiría que Love, quien es lesbiana, fuera discriminada, autorizando que la joven asistiera al baile luciendo un corbatín o lazito.
"Para Claudetteia era muy importante poder ir vestida de la manera en la que quería. Era una forma de que en su escuela reconocieran su identidad", explica Asaf Orr, abogado del Centro Nacional para los Derechos de las Lesbiana de EE.UU. (NCLR, por sus siglas en inglés).
"El baile de graduación es un momento muy importante para los jóvenes de su edad y al final pudo disfrutarlo con sus amigos", señala Orr, quien representó a la familia de Claudetteia frente a las autoridades.
"No hay duda de que las cosas están mejorando. Las escuelas no pueden censurar la manera en la que los estudiantes van vestidos a los proms. No se puede censurar su identidad", asegura Orr en conversación con BBC Mundo.
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El joven heterosexual que invitó al baile a su mejor amigo gay
Jacob Lescenski, un joven de 17 años residente en Las Vegas, en Nevada (oeste de EE.UU.), nunca imaginó que la petición que le hizo a un amigo para que le acompañara al baile de graduación le convertiría en una estrella en todo el país.
Fue un día a fines de abril cuando Jacob esperó a la salida de clase a su amigo Anthony Martínez con un cartel que decía: "Tú eres gay, yo soy hetero, pero eres como mi hermano así que ¿quieres ser mi cita?".
Jacob sorprendió a su amigo Anthony pidiéndole que fuera con él al baile de graduación.
La imagen de la petición corrió como la pólvora por las redes sociales y a los pocos días Jacob, quien es heterosexual, y Anthony, quien es gay, estaban siendo entrevistados en televisión por la popular presentadora Ellen DeGeneres.
"La verdad es que esperaba una reacción mucho más negativa y al final todo el mundo me apoyó. Nunca pensé que acabaríamos apareciendo en el programa de Ellen", le cuenta Jacob a BBC Mundo sobre la fama repentina que ha alcanzado en las últimas semanas.
"Una noche leí en Twitter como Anthony decía que no quería ir solo al baile. Así que pensé que por qué no le iba a pedir a mi mejor amigo que fuéramos juntos al prom donde estarían todos nuestros amigos. Quería hacerle feliz y que no tuviera que ir solo".
Jacob dice que antes de hacerle la propuesta a su amigo "estaba muy nervioso porque pensaba que la gente me iba a juzgar e iban a decir que también soy gay, aunque como los dos somos del consejo escolar sabía que teníamos el apoyo de muchos estudiantes".
Cuando llegó el día del baile, estaba nervioso no por ir acompañado por Anthony sino por la presencia de las cámaras de televisión.
Jacob y Anthony fueron entrevistados en televisión por la popular presentadora Ellen.
"Me siento orgulloso de ser parte de esta generación de jóvenes que aceptan a la gente por lo que son y que no juzgan a los otros".
"Es increíble pensar la repercusión que ha tenido nuestra historia. Tan solo soy un estudiante y ahora gente de todo el mundo me está diciendo que soy una inspiración y que he cambiado sus vidas. Es increíble pensar en ello".
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Un baile especialmente pensado para los jóvenes LGBT
Pese a que las cosas han cambiado en los últimos años, todavía hay muchos jóvenes LGTB que no se sienten cómodos asistiendo a los bailes de graduación de sus escuelas.
Es por ello que en varias ciudades de EE.UU. se organizan fuera de los colegios bailes pensados exclusivamente para esos estudiantes.
En Staten Island, en Nueva York (noreste de EE.UU.), este año celebrarán la quinta edición del LGBT Prom.
Ese es el caso del barrio de Staten Island, en Nueva York (noreste de EE.UU.), donde este año celebrarán la quinta edición del LGBT Prom.
"Decidimos que teníamos que organizarlo porque hay muchos jóvenes que no se sienten cómodos asistiendo a los bailes de sus escuelas, porque no pueden ir con quien ellos quieren o no pueden vestirse como les de la gana", explica Ralph W. Vogel, director del centro comunitario Pride de Staten Island.
"Todavía hay jóvenes que sufren acoso y discriminación en las escuelas por parte de sus compañeros. Las cosas están mejorando y algunas escuelas están haciendo un buen trabajo a la hora de crear un ambiente más inclusivo, pero todavía hay mucho por hacer", señala Vogel en conversación con BBC Mundo.
"En un baile como el nuestro los jóvenes pueden ser ellos mismos y pueden sentirse cómodos en su propia piel. Para los jóvenes los proms son algo muy importante y queremos que tengan un recuerdo especial como se merecen".
"Nos gustaría que llegue el día que no tengamos que hacer un baile separado para los jóvenes LGBT".