Miles de escuelas de Estados Unidos están sonando la campana para un regreso a clases virtuales a medida que la ola de ómicron golpea al personal y estudiantes, con padres preocupados por la salud de sus hijos y su bienestar mental.
Los cierres, que por ahora conciernen a un 4% de las escuelas del país, se concentran en el noroeste y medio oeste, mientras los distritos se enfrentan a profesores y estudiantes que han caído enfermos de covid-19 e intentan frenar los contagios.
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Los sindicatos de maestros también han adoptado una actitud más precavida desde el inicio de la pandemia, que a veces los ha llevado a enfrentarse a las autoridades locales.
En Chicago, la tercera ciudad más grande del país, unos 340.000 estudiantes de escuelas públicas se han visto obligados a permanecer en sus casas en medio del desacuerdo entre el alcalde y el sindicato de maestros de Chicago, que demanda más pruebas e incrementar la vacunación.
Expertos y las propias familias están divididos sobre la sensatez de las clases virtuales cuando las vacunas están ampliamente disponibles para cualquier persona desde los 5 años, protegiendo a la mayoría de los receptores de casos severos.
Steven Bosak, un consultor de innovación en Washington, dijo a la AFP que sus dos hijos en edad escolar -que van a la escuela más grande de la ciudad- se habían rezagado educacional y socialmente cuando debieron tomar clases a distancia.
El año pasado, su hijo de 17 años de edad “se sintió deprimido y socialmente aislado. Es un chico muy social y extraña a sus amigos”, anotó Bosak al añadir que no es una situación para repetir.
Diferentes visiones
“Creo que el cierre de las escuelas en 2022 debe ser visto como una falla tras dos años de pandemia”, se quejó Amesh Adalja, un doctor en efermedades infecciosas que investiga las políticas de pandemia en el Centro de Seguridad Sanitaria en la universidad Johns Hopkins.
Incluso antes de las vacunas, la investigación mostraba que las escuelas no eran el mayor centro de propagación y podía mantenerse seguro con medidas de distanciación social, uso de mascarillas y ventilación, agregó.
Por otro lado, la tasa de infección pediátrica con la variante ómicron no tiene precedentes, y si bien la gran mayoría de casos son leves, el alto número de contagios significa que las hospitalizaciones también están en su nivel más alto.
“No creo que nadie piense en defender los cierres masivos generalizados, más bien creo que va a ser una cuestión de cierres focalizados durante los picos de la ola”, explicó Dan Summers, un pediatra privado en Boston.
Mientras los niños están en menor riesgo, existe el peligro de que ellos transmitan el virus a personas vulnerables, en un momento en que las unidades de cuidados intensivos del país ya están sobrecargadas, agregó el médico padre de cuatro.
Retroceso sindical
De acuerdo con las cifras recopiladas por el grupo de investigación Burbio, más de 4.500 escuelas se han pasado a las clases virtuales o han cerrado por al menos un día a la semana, de lejos, el nivel más alto de perturbación escolar en meses.
Sin embargo, el 96% de las escuelas están abiertas, declaró esta semana a la prensa el coordinador del equipo de la Casa Blanca contra el covid-19, Jeff Zients, agregando que sigue siendo una clara prioridad del presidente Joe Biden volver a la enseñanza presencial.
Esto ha colocado al presidente en desacuerdo con algunos de sus propios copartidarios demócratas, más proclives a una posición precavida frente al covid-19 que la de los republicanos.
El sindicato de maestros de Chicago, que agrupa a unos 25.000, miembros había desafiado a las autoridades y rehusaron volver a las aulas hasta que se satisfagan sus demandas o los casos disminuyan.
“El mayor error en este momento es abandonar la ciencia y los datos que nos dicen de forma inequívoca que nuestras escuelas en presencial son el mejor lugar para nuestros estudiantes”, sostuvo la alcaldesa Lori Lightfoot el jueves en la cadena CNN, mientras el impase sigue.
Sin embargo, no todos los padres piensan que sea vital reabrir las escuelas de inmediato.
Anne-Claire Thomassin, diseñadora web que vive en la ciudad de Rockville, Maryland, expuso que Anna, su hija de 10 años, que va a una escuela privada fue enviada a casa tras las pruebas hechas a docentes y alumnos que dieron una alta tasa de casos positivos.
La escuela hizo pruebas semanalmente desde septiembre y “confío en las decisiones que toman” aseguró, aunque espera que la escuela reabra pronto.
“Tengo que admitir que mi hija no está muy feliz con la escuela virtual por que es más larga y más lenta” expresó la madre de familia, y “la devuelve a los sentimientos que tenía el año pasado”.
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