Redacción EC

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha seguido por años los pasos de Donald Trump y los meses de pandemia no han sido la excepción. Minimizó la gravedad del brote en el estado, insistió en que la cantidad de casos obedecía al aumento de las pruebas y hasta hizo un llamado a la calma argumentando que la mayoría de que quienes se contagian son jóvenes que tienen menos probabilidades de morir. Tampoco le gustan las mascarillas, pero sí las multitudes.