Corría el año de 1972. En la ciudad de Merced, California (Estados Unidos), vivía Steven Stayner con sus padres, Kay y Delbert, y sus cuatro hermanos.
El 4 de diciembre, cuando el pequeño de siete años se dirigía a su casa después de la escuela, como lo hacía de forma habitual, se le acercó un hombre llamado Ervin Murphy que cambiaría su vida radicalmente.
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El extraño le aseguró que estaba recaudando dinero para una iglesia, y quería saber si la madre del menor podría ayudarle. Steven aceptó cooperar con el hombre, quien le ofreció llevarlo hasta su casa. El menor se subió al vehículo, pero no regresó después de siete años.
No obstante, Ervin Murphy no era quien había tramado el engaño. Detrás de ese encuentro estaba Kenneth Parnell, un delincuente sexual que tuvo problemas desde muy joven por acosar a menores de edad. Sus actos lo mantuvieron por años en centros de detención, pero ya se encontraba libre y dispuesto a perpetrar otro delito.
De acuerdo con lo planteado en el juicio, el abusador convenció al otro hombre de que necesitaba un niño para criarlo, ya que tenía el objetivo de convertirse en ministro.
De esta manera, Ervin accedió a cada una de las instrucciones que se le pidió y empezó a repartir volantes religiosos para que algún niño cayera en la trampa.
Parnell llevó al pequeño a una cabaña en Catheys Valley, en el condado de California, y le dijo que había hablado con sus padres para que se pudiera quedar en ese lugar por esa noche.
El tiempo fue pasando hasta que el agresor le dijo a Steven que sus padres ya no lo querían y que él lo había adoptado, cambiándole el nombre Dennis Parnell.
Con el paso del tiempo, Stayner sufrió abusos sexuales por parte del hombre. Más adelante, Parnell se mudó con el joven a la población de Mendocino, en el mismo estado, para pasar desapercibidos con el secuestro.
Steven empezó a estudiar en la primaria Steele Lane mientras el hombre trabajaba. Aunque el chico tuvo muchas oportunidades de escapar, nunca lo hizo por las mentiras que el secuestrador le dijo por tanto tiempo. Sin embargo, siempre miraba los periódicos para saber si su familia aún lo buscaba.
Steven habló con la revista ‘The Seattle Times’ sobre lo que sintió cuando estaba secuestrado: “Me preguntaba a mí mismo: ‘Mamá y papá, ¿dónde están?’ De alguna manera, el no verlos reforzó la mentira que Parnell me dijo de que no me querían”.
Una nueva llegada lo impulsó a escapar
En febrero de 1980, el chico ya tenía 14 años cuando Parnell trajo otro niño de tan solo 5 años. El menor era Timmy White, quien también cayó de la trampa del hombre.
Steven no quiso que el pequeño tuviera que pasar por lo mismo que él estaba sufriendo desde los siete años.
“No podía ver sufrir a Timmy. Era mi oportunidad de vida o muerte, y también regresaría a casa para hacer algo positivo”, dijo Stayner.
Después de 16 días que el infante llegó a la casa, el joven tomó la decisión de escapar con él hasta la estación de policía más cercana, que era la de Ukiah, California, para que fueran rescatados.
Los dos menores fueron ayudados por la Policía. Al finalizar, Kenneth Parnell fue arrestado y condenado a ocho años de prisión y Ervin Murphy, quien fue el hombre que ayudó a que el primer menor subiera al auto, tuvo que cumplir dos años en la cárcel.
La vida de Steven después del secuestro
Aunque los dos jóvenes regresaron a sus casas con sus familias, para Steven fue muy difícil volver a adaptarse a su vida normal.
”Regresé casi como un hombre adulto y, sin embargo, mis padres me vieron al principio como su hijo de 7 años. Después de que dejaron de intentar educarme de nuevo, mejoró. ¿Pero, por qué mi papá ya no me abraza? Supongo que siete años también lo cambiaron”, expresó Stayner en el medio ‘Newsweek’.
A los 20 años de edad, el estadounidense ya estaba casado y tenía dos hijos con su esposa Jody Stayner.”Tener una familia le ayudó, al igual que su trabajo para evitar que volviera a suceder lo mismo. Además, ayudó a grupos que buscaban a niños desaparecidos, y habló con los niños sobre el ‘peligro de los extraños’”, dijo la mujer de Stayner, para el medio anteriormente mencionado.
Steven falleció el 16 de septiembre de 1989 en un accidente de tránsito. El hombre iba conduciendo una moto cuando chocó con un vehículo
.Luego de la defunción de su esposo, la mujer de Steve explicó que para Kay y Delbert Stayner era muy difícil hablar de ese niño de siete años que volvió a sus vidas hecho todo un adolescente, ya que tuvo que pasar por situaciones muy difíciles que ellos no podían ni imaginar.
“Fue una gran parte del caso de mi esposo, pero no debería ser así. No es culpa de nadie más que del depredador y todo el mundo necesita escuchar eso”, afirmó.