La versión oficial de la CIA señala que llegó al líder terrorista Osama Bin Laden gracias al riguroso interrogatorio al que se sometió a sujetos cercanos al cabecilla de Al Qaeda. Pero ello no es cierto, de acuerdo con el informe del Senado sobre las torturas de la CIA.
La CIA ha asegurado que la delación de la identidad de un mensajero de Bin Laden llevó a su localización, y el seguimiento a este los condujo hasta la casa del terrorista en Pakistán, donde fue abatido en el 2011 por un comando Navy Seal.
"La revisión de los archivos de la CIA ha revelado que la información identificada oficialmente por la CIA como la más crucial y valiosa sobre Abu Ahmad al Kuwaiti [el mensajero de Bin Laden que fue su único vínculo con el mundo exterior mientras vivía en Pakistán] no estaba relacionada con el uso de técnicas de interrogación forzosa", sostiene el documento del Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos.
De acuerdo con el documento citado por International Business Times, a finales del 2002 la CIA ya sabía que Al Kuwaiti formaba parte del círculo cercano de Bin Laden: tenía su teléfono, su correo electrónico, conocía su edad, descripción física e información sobre su familia. Toda esa información la obtuvo a través de detenidos por fuerzas foráneas.
Además, Hassan Ghul, militante pakistaní de Al Qaeda, capturado y entregado a la CIA en el 2004, sí proporcionó información sustancial sobre al Kuwaiti, pero lo hizo antes de que se le aplicara tortura.
"Al Kuwaiti probablemente gestionó todas las necesidades de Bin Laden, incluido el traslado de sus mensajes", comunicó Ghul a un interrogador de la CIA.
Al día siguiente le cortaron la barba, le desnudaron e hicieron mantenerse en pie contra una pared con sus brazos levantados durante 40 minutos. Debido a la postura de esfuerzo, sufrió una leve parálisis. Le privaron de sueño durante 59 horas, hasta que empezó a alucinar. No proporcionó "ninguna inteligencia procesable" durante o después del tratamiento, según el informe del Senado.