Londres. La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, confirmó hoy su intención de posponer el voto sobre el acuerdo del Brexit previsto para mañana ante la falta de una mayoría en el Parlamento.
"El acuerdo habría sido rechazado por un margen significativo, por lo tanto aplazaremos la votación prevista para mañana", afirmó May ante la Cámara de los Comunes. "Iré a ver a mis homólogos en otros países miembros y hablaré con ellos de las preocupaciones claras expresadas por este cámara".
Todas las señales apuntaban a una gran derrota de la primera ministra en la votación prevista para el martes. Pero el aplazamiento de la votación es una nueva humillación para May, la jefa de gobierno tras la decisión británica del 2016 de abandonar la Unión Europea.
Desde entonces, May ha bregado con el Brexit, primero para alcanzar un acuerdo con el bloque y después para convencer a los escépticos parlamentarios que lo aprueben antes de la fecha de salida, el 29 de marzo del 2019.
Parlamentarios tanto conservadores como laboristas han dicho que no aprobarán el acuerdo alcanzado en noviembre.
Por otra parte, el máximo tribunal de la Unión Europea falló el lunes que Gran Bretaña puede cambiar de parecer sobre el Brexit, dando esperanzas a quienes desean que el país se quede en el bloque de que el proceso pueda ser revertido.
En un nuevo revés para May, la Corte Europea de Justicia dijo el lunes que cuando un país miembro de la Unión Europea ha notificado sus intenciones de irse, “ese país es libre de revocar unilateralmente esa notificación”.
Reino Unido votó en el 2016 para dejar el bloque de 28 naciones e invocó el Artículo 50 del Tratado de Lisboa en marzo del 2017, desatando con ello el proceso de salida.
El Artículo 50 tiene pocos detalles, en parte porque la idea de que algún país abandonara el bloque se consideraba improbable.
Un grupo de legisladores escoceses le habían pedido a la corte que fallase sobre si el Reino Unido podía retractar por su cuenta el proceso de separación.
La corte, basada en Luxemburgo, dijo que dada la ausencia de una cláusula específica de salida en el Artículo 50, los países podían cambiar de parecer de acuerdo con sus propios arreglos constitucionales y que eso “refleja una decisión soberana”.
El gobierno británico tiene derecho a hacerlo siempre y cuando un acuerdo de salida no haya entrado en vigor.
Fuente: EFE / AP