El primer ministro armenio anunció el domingo un cambio de alianzas, dándole la espalda a Moscú después de que Azerbaiyán invadiera Nagorno Karabaj y trastocando el mapa de influencias de Rusia en el Cáucaso.
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En un discurso retransmitido por televisión, Nikol Pashinyan calificó de “ineficaces” las alianzas actuales de su país, en alusión a sus relaciones con Rusia, heredadas de la época en que Armenia formaba parte de la Unión Soviética.
“El sistema de seguridad exterior en el que está implicado Armenia resultó ineficaz para proteger su seguridad e intereses”, declaró Pashinyan, a raíz de la invasión de Nagorno Karabaj.
El primer ministro decidió no movilizar al ejército armenio contra esa intervención azerbaiyana, dejando a los separatistas de esta región -poblada principalmente por armenios- solos ante el poderío militar de Bakú.
“Armenia nunca ha renunciado a sus obligaciones ni ha traicionado a sus aliados. Pero el análisis de la situación muestra que los sistemas de seguridad y los aliados con los que contamos desde hace tiempo se fijaron como objetivo mostrar nuestra vulnerabilidad y la incapacidad del pueblo armenio para tener un Estado independiente”, agregó.
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Alianza postsoviética
Armenia todavía forma parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar capitaneada por Rusia. Pero la ofensiva en Nagorno Karabaj precipitó las cosas.
La OTSC es una alianza nacida en 2002 que agrupa a varias exrepúblicas soviéticas en torno a Rusia: Armenia, Bielorrusia y también, en Asia Central, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.
Armenia alberga además una base rusa, en Gyumri, donde hay estacionados miles de soldados.
Con su intervención televisada del domingo, “Pashinyan agrava deliberadamente las tensiones con Rusia”, apuntó el analista armenio independiente Beniamin Matevossian, entrevistado por AFP.
“Se trata más de un chantaje que de un cambio de línea de política exterior. Dice abiertamente a Rusia: ‘Si no cuidas de los armenios de Karabaj, me iré de la OTSC’”, consideró el experto.
Según él, con este movimiento, Pashinyan buscaría echarle la culpa a Moscú, precisamente cuando la población armenia ha manifestado su enfado hacia el gobierno por su gestión de la crisis y su política de no intervención militar.
“El discurso de Pashinyan busca, antes que nada, movilizar en torno a él no solo a sus aliados políticos y a su partido sino también un círculo más amplio de ciudadanos” frente al movimiento de protesta, señaló por su parte el analista independiente Hakob Badalyan.
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Papel central de Rusia
Rusia ocupa una posición central en este conflicto entre Armenia y Azerbaiyán.
Moscú, confirmando su papel de potencia regional, fue quien apadrinó el acuerdo de alto el fuego que puso fin a otro periodo de enfrentamientos en 2020.
Rusia desplegó en ese territorio soldados de paz, que sin embargo no impidieron la invasión relámpago realizada por las tropas de Bakú esta semana.
“Ahí hay un juego geopolítico. Se creó una pequeña fuerza rusa de mantenimiento de la paz en 2020″ que “siempre ha oscilado y manipulado a ambos bandos”, subrayó Thomas de Waal, del centro Carnegie Europe, en un análisis divulgado esta semana.
Pero, con el ataque lanzado por Azerbaiyán, “se reforzó la impresión de que hubo un acuerdo entre Moscú y Bakú”, agregó. Según él, Rusia estaría castigando a Pashinyan por su “inclinación prooccidental” cada vez más marcada.
El anuncio del domingo confirma un distanciamiento que se alarga desde hace meses: en enero, Armenia se negó a albergar las maniobras de la OTSC, y el mes pasado, participó con Estados Unidos en unos ejercicios militares, algo que Moscú no vio con buenos ojos.
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